SURF

Maud Le Car: “Aún escucho esta ola es demasiado grande para una chica”

La freesurfer caribeña se une al equipo de embajadores de la marca francesa Oxbow para promocionar su mensaje de sostenibilidad y pasión por el surf.

Oxbow

A sus treinta y un años, Maud le Car continúa empujando sus límites para aprender todo lo que haya que aprender del deporte que la apasiona. Surfista multidisciplinar, no muestra preferencia por ninguna modalidad en concreto. Igual la puedes ver entubada en Mentawaii que con una gun en La Nord. Cualesquiera las condiciones, Maud encuentra el modo de descubrir nuevas sensaciones. “Siempre me ha encantado desafiarme a mi misma, incluso cuando hay tormenta en Las Landas. Soy una surf freak, ¡quiero surfear en todas las condiciones!”.

Maud aprendió a surfear en su isla natal, la caribeña San Martín. “Olas pequeñas y ventosas, así que no corro el riesgo de cansarme de surfear”, bromea. A los doce años fue a surfear su spot local en Galion con su hermano. “Desde la primera ola supe que no quería hacer otra cosa por el resto de mi vida. Volví a casa y le dije a mi madre que quería ser surfista profesional”. Afortunadamente, la madre de Maud siempre le animó a perseguir sus objetivos, y le dio la libertad de surfear cualquier pico al que pudiera llegar caminando o remando por si misma, ya hubiera rocas o tiburones. Esta independencia dio como fruto su primer título en competición tan sólo seis meses después de su debut. Poco después, ganaba el campeonato de las Islas Caribe.

Con quince años, se mudó a Francia por su cuenta, para perseguir su sueño de ser profesional. Se unió al club Pôle France en Bayona, donde compartió habitación con sus ídolos Justine Dupont y Pauline Ado. A partir de ahí, la vida de Maud se aceleró. Fue seleccionada para el equipo nacional francés, viajó a Indonesia y Australia para los Pro Juniors, fue campeona de Europa a los dieciocho años, y sumó varios títulos franceses. Su mejor recuerdo será siempre sin duda vencer a la ocho veces campeona del mundo Stephanie Gilmore en los cuartos de final del US Open tras ganar una wildcard para competir en el evento.

Con el paso de los años, Maud perdió interés en la competición y descubrió el free surfing. “Estoy redescubriendo el espíritu del surf. Tomarte tu tiempo cambia tu percepción del surfing. Conoces a gente, compartes, descubres nuevas culturas”. Aprender y compartir son las motivaciones de Maud. Con las olas grandes, siente que tiene que aprender todo desde cero. Suele ser la única mujer en el pico, y aún oye comentarios como “es demasiado grande para una chica”. Pero esto le motiva, y su mayor gratificación es oir a una niña en la playa decir “eso significa que yo también puedo”. Ahora, este camino como free surfer tiene un nuevo colaborador: Oxbow.

Maud espera poder inspirar a una nueva generación de mujeres surfistas. A través de su asociación “Save the Mermaid” patrocina a varias jóvenes surfistas. Maud creó la asociación con la finalidad de crear conciencia entre los niños sobre la contaminación del océano. Maud ofrece talleres educativos en escuelas. Por las mañanas, limpian la playa de basura, y por las tardes, crean obras de arte con el plástico que han encontrado. Con estas acciones pretende dar una imagen de la ecología como algo divertido y accesible, contribuyendo a la preservación del planeta. “Es un modo simple de mostrar que las pequeñas acciones pueden contribuir al cambio. Yo he disfrutado del océano desde que nací, así que para mi es un deber. Quiero devolverle al océano algo de lo que tanto me da”.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.

Lo más visto

Más noticias