SNOW

Así es la vida del “guardián del invierno” de Yellowstone

Steven Fuller, conocido como “The Winter Keeper”, ha pasado los últimos 50 años de su vida cuidando de este Parque Nacional de los Estados Unidos.

YouTube/The Guardian

Hace ya más de 50 años que Steven Fuller se convirtió en el “cuidador de invierno” o “The Winter Keeper” de Yellowstone, Parque Nacional de los Estados Unidos. Su vida se ha entrelazado con los secretos y maravillas de este paisaje majestuoso. En su pequeña cabaña en lo alto de las montañas, se prepara para enfrentar el clima implacable que se avecina. Así la ha retratado The Guardian:

Cuando llegó por primera vez en 1973, Yellowstone parecía inmortal, un edén eterno. Pero con el tiempo, Steven ha sido testigo de los cambios constantes que amenazan este último bastión de la naturaleza salvaje en América del Norte. Yellowstone, con su mundo natural en constante transformación, depende ahora más que nunca de la atención y el cuidado de sus guardianes.

Steven, conocido como el “Winterkeeper” o cuidador de invierno, ha superado en permanencia a todos sus predecesores. Aunque fue el único solicitante para el trabajo, ha abrazado su papel con alegría y dedicación. Su vida ha estado marcada por la soledad de las vastas extensiones de Yellowstone, pero también por la conexión profunda con la naturaleza que lo rodea.

A 2400 metros de altitud y en una latitud norteña, la nieve es una parte fundamental de la vida de Steven. Utiliza una sierra cruzada para cortar bloques de nieve del tamaño de un congelador grande. Su único aliado es la gravedad, y con habilidad y conocimiento, transforma la nieve en bloques manejables.

La destreza de cortar la nieve no solo es un trabajo físico, sino también una expresión de respeto por la naturaleza. Steven reconoce la fragilidad de Yellowstone y la amenaza que enfrenta debido a la crisis climática. Mientras corta la nieve, medita sobre la metamorfosis constante de los ecosistemas y la necesidad apremiante de preservar este tesoro natural.

La cabaña de Steven, su hogar durante casi cinco décadas, es más que un refugio contra las inclemencias del clima. Es un barco de madera que cruje en el viento frío, un testigo silencioso de su vida dedicada a proteger Yellowstone. En la quietud de su cabaña encuentra placer tanto en la compañía de los demás como en la soledad que le brinda la oportunidad de reflexionar y liberarse de las distracciones de la vida cotidiana.

A través de sus fotografías, captura los momentos idílicos de su vida familiar en Yellowstone. Sus hijas crecieron rodeadas de la vida silvestre, aprendieron a montar a caballo con él y esquiaron desde temprana edad. Sin televisión ni redes sociales, las niñas encontraron entretenimiento en la naturaleza misma.

Sin embargo, a medida que pasan los años, Yellowstone experimenta transformaciones significativas. Áreas extensas se cierran al acceso, y Steven comprende la fragilidad de este santuario natural. A pesar de sus esfuerzos, la influencia humana y los cambios climáticos amenazan con alterar irreversiblemente el equilibrio de Yellowstone.

La perspectiva de la jubilación acecha a Steven, pero se aferra a su hogar y entorno. Yellowstone es su refugio, su inspiración romántica. Mientras reflexiona sobre los desafíos que enfrenta este paraíso natural, Steven sabe que el Yellowstone que conoce no será el mismo para las generaciones futuras. Aunque el retiro se presenta como una opción, su corazón late al ritmo de las estaciones cambiantes de Yellowstone, y la incertidumbre del futuro persiste en el aire frío de las montañas.

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