Pioneras y referentes

A la hora de hablar de grandes estrellas nacionales de ciclismo femenino, siempre hay dos nombres que nunca faltan: Dori Ruano (55 años) y Joane Somarriba (51). Entre finales del pasado siglo y los inicios del presente brillaron con luz propia… y todavía siguen ligadas al mundo ciclista. La primera, como embajadora de La Vuelta mientras que la vasca hace lo propio en el Laboral-Kutxa. Ambas se congratulan del crecimiento y el auge tanto del ciclismo como de La Vuelta Femenina, en la que están presentes. “Con todos los obstáculos que hemos tenido nosotras… imagínate. Ver cómo todo ha evolucionado nos hace disfrutar mucho. Me alegra tanto observar este nivel, de que las corredoras tengan recursos y oportunidades”, comenta Joane mientras que Dori asiente con la cabeza.

“Es incluso envidia sana. Tener la misma oportunidad que los chicos, mismo escenario, misma competición, poder hablar claramente ya de las tres grandes vueltas también en ciclismo femenino. Nos enorgullece vivirlo de cerca porque también pusimos nuestro granito de arena para que todo evolucionara. Y antes de nosotras hubo más corredoras que marcaron el camino, como Mercedes Ateca”, destaca Ruano. El palmarés de Joane Somarriba habla por sí solo: tres veces ganadora del Tour de Francia Grande Boucle (2000, 2001 y 2003), dos veces del Giro (1999 y 2000), campeona del mundo de crono (2003). “Monto en bici y sigo disfrutando como una niña, y eso lo haré siempre que pueda. Es un deporte que te apasiona y a nosotras nos engancha (mientras mira a Dori). Nada de ir mirando datos, potencia… salir, disfrutar del paisaje y olvidarte de todo. Tengo la suerte ahora de vivirlo de cerca de nuevo con el Laboral Kutxa”, explica Somarriba, mientras que Dori añade que “Joane es una inspiración para todas las corredoras”.

“Ver ahora el estado del ciclismo femenino es genial porque nosotras no ganábamos económicamente. Es más, diría que salíamos perdiendo. Era pasión. Una pasión inmensa que nos empujaba a ir hacia adelante”, destaca una Dori que, entre sus numerosas conquistas, tiene también un Mundial de ciclismo en pista, con medallas de todos los colores. Ayer, en la salida de Buñol, numerosos pequeños alumnos acudieron a la salmantina, preguntándole cosas de su vida, de su carrera creando escuela, y es que sigue poniendo su semilla para las nuevas generaciones. “El ciclismo femenino cada vez está enganchando más. Son carreras espectaculares, abiertas, en las que no sabes lo que va a pasar y eso es bueno, porque tiene más visibilidad y va en continuo crecimiento” concluyen ambas, condecoradas tiempo atrás con la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, lo que dice mucho de lo que fueron... y siguen siendo.

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