VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 21

Madrid se rinde a Valverde

Alejandro Valverde recibe un homenaje en su último día en La Vuelta: “Para todo tiene que haber un principio y un final, y este es el mío”. Entró en solitario en la capital.

Madrid
Jesús Rubio (AS)

“Para todo tiene que haber un principio y un final, y este es el mío. Y es el soñado”, dice Alejandro Valverde tras completar, por última vez, una etapa en La Vuelta. A sus 42 años, al murciano le quedan escasos días de competición antes de participar en las clásicas italianas. Como adelantó AS, el Giro de Lombardia, el próximo 8 de octubre, será la última vez que se ponga un dorsal. “Gracias, Bala” se veía ayer en Las Rozas antes de arrancar la última etapa.

Todo fueron homenajes para el murciano y también recibió una calurosa despedida Nibali. 134 corredores tomaron ayer la salida, y 132 hicieron un pasillo para el paso de ellos dos en el arco de salida. Previamente, Valverde descubrió una escultura sobre su figura con Ecovidrio de protagonista.

Y, como estaba estipulado, el murciano entró en solitario en el circuito de Madrid, dando la primera vuelta en cabeza y saludando a la numerosa afición presente en las céntricas calles de la capital. “Mi mente se llenó de recuerdos en ese momento. De todas las Vueltas que corrí, lo que disfruté aquí... (destacando su victoria general en 2009). Se me escapó alguna lagrimilla que otra, al final son muchos años”, explicó Valverde con emoción.

Subió al podio para recibir un nuevo homenaje, y lo hizo con una vestimenta peculiar: con tres maillots puestos. El primero que mostraba fue el amarillo de campeón en 2009, el último antes de que el líder de La Vuelta pasara a vestir de rojo. El segundo, el arcoíris de campeón del mundo por el título que logró en 2018 y el último, el blanco del Movistar para esta Vuelta, que cambió su tradicional azul para rendir homenaje a uno de sus corredores más laureados. Después, fue manteado. Se va el Bala, una parte importante de La Vuelta.

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