Kron y Piccolo pescan en el caos

Andreas Kron, danés de 25 años, ganó con un ataque final en Montjuïc la segunda etapa de La Vuelta 2023, tras una rocambolesca jornada, caótica a ratos, en la que acontecieron muchas cosas, demasiadas, y no todas buenas. Hubo dos modificaciones del final del recorrido por la lluvia; numerosas averías por las chinchetas tiradas por algunos vándalos; un amago de plante liderado por el Jumbo; otro amago de parón encabezado otra vez por el Jumbo y por su malencarado socio Remco Evenepoel; varias caídas que afectaron, entre otros, al maillot rojo, Lorenzo Milesi… Y un nuevo líder, el también italiano Andrea Piccolo, que aprovechó los segundos arañados en la fuga, por delante de un español, Javier Romo. Pero no todo fue agrio, ni mucho menos. Kron, emocionado, dedicó la victoria a Tijl De Decker, su compañero del equipo Lotto recientemente fallecido en un accidente.

La etapa había amanecido con los rescoldos del día anterior no sólo encendidos, sino más avivados, lo que tampoco ayudó en la toma de decisiones posteriores. Recordemos que la lluvia, que llevaba meses sin caer por el lugar, arreció el sábado con tanta fuerza que oscureció las calles en la crono antes de lo previsto, un suceso amplificado por el enfado de Evenepoel, un quejica habitual. La falta de visibilidad perjudicó a los últimos equipos, aunque no impidió que el Movistar y el Soudal marcaran un buen registro. Javier Guillén compareció en Matarón para explicar lo ocurrido, un imprevisto climatológico, pero en el fondo sabía que de aquellos barros iban a venir nuevos lodos, que tendría que hacer concesiones al pelotón para calmar las aguas… Y nunca mejor dicho. Las inmensas tormentas que del domingo obligaron a una modificación del trazado.

La Vuelta decidió tomar los tiempos de la general en el Castillo de Montjuïc, para evitar los riesgos de la bajada, pero la medida resultó insuficiente para algunos. El mismísimo Jonas Vingegaard, con ganas de cancelación, visitó en persona el autobús del Movistar para pactar con Enric Mas y buscar el consenso de los líderes. Si por el Jumbo hubiera sido, seguramente ni se hubiera salido. La organización estiró entonces la neutralización: el reloj se pararía a 9 kilómetros del final, antes de la montaña. Eso sí, las bonificaciones y el ganador de etapa iban a mantenerse en sus sitios originales, lo que invitaba a que alguien arriesgara en el último tramo en busca del éxito. Y eso hizo Kron.

Las contradicciones del caso no acabaron ahí. Con la decisión ya rubricada, la lluvia amainó en Barcelona, la carretera se comenzó a secar… y las críticas llegaron entonces desde otro foco, de los indignados aficionados que no entendían por qué se veían privados del espectáculo. Ya ocurrió algo parecido en el pasado Giro en la etapa de Crans Montana, que fue capada sin motivo posterior que lo justificara. No ha sido un buen fin de semana para la Ciudad Condal, esa es la verdad, después del trabajo y de la ilusión que habían volcado en esta gran salida de La Vuelta.

Por si todo esto era poco, aparecieron también los tontos de turno tirando chinchetas en la ruta que provocaron varios pinchazos. Uno de los afectados fue Remco Evenepoel, pero, lejos de ponerse nervioso, remontó arropado por cuatro compañeros, entre ellos Andrea Bagioli, un corredor que, curiosamente, había ganado en Montjuïc en la Volta a Catalunya de 2022. En esta ocasión no le tocaba campeonar, sino trabajar. Hay momentos para todo. Evenepoel no fue el único perjudicado por los bárbaros. Jonas Vingegaard, Geraint Thomas y Juan Ayuso, entre otros muchos, también sufrieron averías.

Por lo demás, la etapa tuvo los ingredientes habituales de los arranques de las grandes. Los primeros escapados: Javier Romo, Joel Nicolau, Matteo Sobrero, Jetse Bol y Andrea Piccolo. Los primeros puertos: Sobrero es el primer maillot de la montaña, empatado con Romo. Y una lluvia de caídas, aunque en este caso no fueron las primeras: la crono ya había enviado a casa a Laurent de Plus. Pelayo Sánchez tuvo un buen susto. Igual que Primoz Roglic, que desencadenó un parón del Jumbo en cabeza del pelotón, con la complicidad de Evenepoel, aunque este nuevo plante tampoco encontró apoyos. El mismo incidente sí tumbó al líder, Lorenzo Milesi, que perdió el maillot rojo a 20 kilómetros de la meta, sin oportunidad de defenderlo. Fue un cúmulo de infortunados sucesos. Un caos en el que al menos dos ciclistas, Kron y Piccolo, supieron echar la caña.