Histórico Jumbo

Wout Poels, un veterano de 35 años, frenó el show de Remco Evenepoel en la penúltima etapa de La Vuelta, una tremenda cabalgada de 208 kilómetros con diez puertos de tercera categoría en la Sierra de Guadarrama, un perfil tipo clásica que había levantado mucha expectación en la presentación de la carrera, pero que no generó el espectáculo esperado porque la ronda ya llegó completamente decidida por el dominio autoritario del Jumbo, que remató el triplete en la general con Sepp Kuss, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic, que cruzaron la meta abrazados. Una imagen histórica para una Vuelta histórica. Y pelillos a la mar.

Repasemos los impresionantes datos que dejan para el recuerdo. Uno: el triunfo de Sepp Kuss remata el pleno del Jumbo en las tres grandes en 2023, inédito en los anales del ciclismo. Roglic se impuso en el Giro de Italia. Vingegaard conquistó el Tour de Francia. Y Kuss, al final, venció en La Vuelta. Dos: el equipo neerlandés copó las tres plazas del podio, una fotografía que no se repetía desde 1966, cuando el Kas subió a Patxi Gabica, Eusebio Vélez y Carlos Echeverría. Y tres: Kuss gana La Vuelta después de haber participado este año en las tres. Sólo existe un precedente parecido, cuando Gastone Nencini también disputó todas y venció en el Giro, pero en su caso se adjudicó la segunda que corrió, no la última. Tres gestas estelares. Historia del deporte.

Con los gallos con pocas ganas de pelea, o con pocas fuerzas ya para ejecutarla, el espectáculo se centraba en Evenepoel, que esta vez se metió en la escapada con tres compañeros del Soudal-Quick Step, lo que empujaba a predecir un recital del equipo belga, encabezado por el propio Remco. Junto a su inseparable Mattia Cattaneo, también le escoltaron durante la aventura Louis Vervaecke y James Knox, que se encargaron de abrir hueco respecto al pelotón, donde nunca hubo verdadera intención de batalla. La entrada de Marc Soler en la fuga hacía pensar que hubiera alguna acción del UAE Team por detrás, pero Juan Ayuso no se animó en su 21 cumpleaños. Este domingo, en Madrid, acabará cuarto en la general y primer español, un peldaño por debajo que en 2022, pero con un mayor aprendizaje.

Además de Soler, el cuarteto del Soudal compartió la escapada con otros ilustres: Geraint Thomas, Rui Costa, Wout Poels, Romain Bardet, Hugh Carthy, Einer Rubio… Ciclistas acostumbrados a pujar en las grandes. Todos ellos rodaron pendientes de la rueda de Evenepoel, de vigilar el momento de su ataque, porque parecía cantado que iba a intentar una de sus habituales exhibiciones. Pero pasaban los kilómetros y Remco no saltaba. Era raro. El muro del Escorial, con porcentajes máximos del 23%, el mismo infierno donde venció Purito Rodríguez en 2011, destapó que el belga no estaba tan súper. No pudo responder a los ataques de Poels y Van Eetvelt. Y tampoco a los de Pelayo Sánchez y Soler. Fue capaz de dosificar, sin cebarse, para enlazar con los cuatro, pero no supo dar la puntilla. El quinteto se jugó la victoria en Guadarrama, donde Poels sorprendió a Evenepoel, que no pudo remontarle en el último golpe de riñón. Este Remco no era el de otros días. El neerlandés, que ya había ganado una etapa del Tour, remachó así un gran final de Vuelta con el Bahrain.

Los gallos no se pegaron durante el recorrido, salvo unas arrancadas finales de Mikel Landa y Enric Mas desde El Escorial, que no movieron la clasificación. Los Jumbo llegaron tan sobrados que se dejaron caer del grupo para celebrar la victoria en la meta. Entraron abrazados. Una bella estampa de compañerismo que borra las tensiones del camino.