Adam Yates y Carapaz lideran la etapa de los héroes

Decía Javier Guillén, antes de comenzar La Vuelta, que más que una etapa reina, esta edición tenía tres grandes momentos. Este domingo, en Granada, era el primero de ellos. Y muchas cosas tendrán que pasar en los otros dos, en el doble desafío de Asturias y en el etapón burgalés del Picón Blanco, para superar las emociones que se vivieron en el Purche y en los dos pasos por Hazallanas en un día espectacular. Fue una jornada ciclista de muchos quilates que desplegó varios héroes a lo largo de sus 179 kilómetros.

Uno de ellos, el principal, fue Adam Yates, el ganador de la etapa. El mismo día que su compañero João Almeida se retiraba de La Vuelta, oficialmente por coronavirus, el UAE Team planteó una ambiciosa estrategia en busca de la victoria y, al mismo tiempo, de volver a colocar a un hombre en la lucha por la general. El equipo árabe metió a tres ciclistas en la nutrida fuga, que llegó a aglutinar a 26 ciclistas. Marc Soler y Jay Vine le hicieron el trabajo, hasta que Yates decidió marcharse en solitario en la última subida a Hazallanas, en unas carreteras que conoce bien, porque se entrena en tierras granadinas, como muchos en el pelotón, y porque en ellas se casó, muy cerca de La Alhambra, hace un año. Yates descolgó a David Gaudu, otro hombre importante con aspiraciones en la clasificación. No le olvidemos tampoco. Faltaban casi 60 kilómetros para aterrizar en Granada. Una locura.

Tan loco como el ataque de Richard Carapaz, que saltó del pelotón de los gallos en la ascensión inicial al Purche, en un temerario órdago que tenía principalmente el objetivo de pegarle un buen mordisco a la general. El equipo Education First paró entonces a Darren Rafferty, que andaba fugado en el grupo puntero, para impulsarle durante un buen puñado del kilómetros. Carapaz alcanzó a remontar hasta situarse a cerca de un minuto y medio de la cabeza de carrera, pero Yates todavía guardaba una quinta marcha que no había pulsado aún. Y aguantó, agónicamente, la persecución.

El grupo de los favoritos también grababa su propia película. Al inicio de la última subida, en las rampas más exigentes, Primoz Roglic puso a trabajar en vanguardia al Red Bull, lo esperado, pero a la hora de la verdad, el esloveno no tuvo la capacidad de arrancar, lo inesperado. Ben O’Connor, bien escoltado por Felix Gall, se frotaba las manos al ver amansada a la fiera. Quien sí encontró buenas piernas fue Enric Mas, que se marchó en solitario, en una de las estampas más desconocidas en el líder del Movistar. Un terrible susto en el descenso pudo dar al traste con su heroica, pero el balear hizo una milagrosa salvada que le hizo perder una decena de segundos, aunque le mantuvo en carrera. Mas llegó a capturar a Gaudu, que todavía andaba intercalado, pero el paquete perseguidor se organizó atrás y le dio caza en el casco urbano. Allí rodaba O’Connor, otro triunfador del domingo, que hasta se permitió el lujo de arañar los cuatro segundos de bonificación del tercer clasificado. Un gesto de líder.

Adam Yates encabezó la carrera en la etapa de los héroes, que brindó un espectáculo brutal de ciclismo y recolocó a dos aspirantes en la clasificación. Carapaz, que partió el 18º a 6:44 minutos, pisa ahora el tercer peldaño del podio, a 4:32. El propio Yates, que salió de Motril en la 27ª plaza a 9:27, ha saltado hasta la séptima a 5:30. Incluso Gaudu, aunque no recortó tiempo al líder, ha escalado seis posiciones para ponerse décimo. La Vuelta llega así a la primera jornada de descanso. Con un líder reforzado, O’Connor, pero con más candidatos a desbancarle. Y todavía faltan más etapas reina.

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