Una despedida gloriosa

El prestigioso diario L’Équipe, creador y organizador del Tour, dedicaba una de sus tres versiones de portada de este sábado a Thibaut Pinot. ‘Une derniere fois a l’assaut’, recogía el titular. ‘Una última vez al ataque’. El ciclista francés, de 33 años, ha anunciado su retirada al término de la presente temporada, por lo que esta 20ª etapa de la Grande Boucle era su última oportunidad para brillar en la carrera que más gloria le ha otorgado. Hubo un tiempo que Pinot luchaba por la clasificación general, y eso es importante para un país que lleva sin ganar el Tour desde 1985 con Bernard Hinault. Fue tercero en 2014, aunque no tuvo opciones reales de coronarse. La presión de la afición tricolor le bloqueó las piernas en los descensos, hasta el punto de que tuvo que acudir a un psicólogo para superar esos miedos. A pesar de ello, ha construido un bonito palmarés, con tres etapas en el Tour, una en el Giro y otra en la Vuelta, y ha sido top-6 en las tres grandes.

Pinot hizo bueno el pronóstico de L’Équipe y de todo el público francés, que le pedían una última gesta, muy cerca de su tierra natal, al estilo de aquella victoria de Alberto Contador en el Angliru el día antes de su adiós en La Vuelta. El líder del Groupama lo intentó: se metió en la fuga del día, arrancó en solitario, masticó el cariño de las cunetas, pero a falta de 13 kilómetros fue engullido por un fin superior. Thibaut no era el único que quería una buena despedida. También pretendían el triunfo Thomas Pidcock, que no ha confirmado su proyección en la general, y Warren Barguil, otro francés cazaetapas… Pero, sobre todo, lo perseguía Tadej Pogacar, que quería salir del Tour 2023 con un buen sabor de boca, después de su batacazo en los Alpes.

Pogacar no disimuló. Al contrario, el UAE Team trabajó durante todo el recorrido rompepiernas de esta última jornada de montaña, 133 kilómetros con seis puertos. En el último de ellos, el Platzerwatsel, el esloveno lanzó su ataque anunciado casi desde abajo del puerto, a seis kilómetros de la cima, pero Jonas Vingegaard respondió con facilidad al desafío. El danés acaba el Tour sobrado. Junto a ellos entró Felix Gall, el vencedor en Courchevel, que no quiso meterse en la escapada para pelear el maillot de la Montaña con Giulio Ciccone, prefirió quedarse con los gallos, a su misma altura. El trío devoró a Pinot y a sus compañeros de viaje. Los tres iban a jugarse la victoria junto a los hermanos Yates, Adam y Simon, que llegaron por detrás para desconsuelo de Carlos Rodríguez, que no sólo no pudo pujar por el asalto al podio, sino que encima perdió la cuarta plaza. El español, que para colmo sufrió una durísima caída en el primer descenso del día, va a terminar quinto en los Campos Elíseos, justo por delante de otro español, Pello Bilbao. Un gran rendimiento en su debut, al que hay que añadir su fantástico éxito en Morzine, aunque llegó a soñar con más.

Pogacar, Gall, Vingegaard, Simon y Adam se jugaron el triunfo en la meta de Le Markstein, que cruzaron exactamente por ese orden. El maillot amarillo no hizo concesiones de ningún tipo e intentó sorprender en el esprint, pero el esloveno es más rápido en estas trifulcas. Tadej cierra el Tour con una victoria, la segunda en esta 110ª edición. Un triunfo de orgullo y de casta, merecedor de admiración y reconocimiento, igual que su actitud durante toda la carrera. Aunque la realidad de la clasificación general es rotunda: Pogacar llegará este domingo a París a 7:29 minutos de Vingegaard, el amo indiscutible del Tour 2023. Una despedida gloriosa de dos gigantes. La misma que buscó Pinot.