Un Pogacar “satisfecho”

Tadej Pogacar no vistió este lunes el maillot amarillo para salir a entrenar, pero igualmente disfrutó de una mañana de casi dos horas por las carreteras de los alrededores de Orleans. Salieron pasadas las 11:00 de la mañana del hotel para volver casi a las 13:00, ya que tenían fijada la comida a las 13:15. El primero en aparecer y, curiosamente, el último que se marchó, fue Joâo Almeida, que atendió durante unos minutos a los aficionados presentes a las puertas del hotel de Saint Jean de Braye. El que volvió poco después, también de manera individual, fue Juan Ayuso, que no es partidario de la parada al café y prefiere proseguir la marcha en esos momentos. El español no pudo dormir todo lo que quería ayer, ya que a las 8:00 tuvo una llamada ineludible de un control antidopaje.

Finalmente, aparecieron los seis corredores restantes, Tadej entre ellos, el más aclamado por los niños. Hasta el máximo mandatario del equipo, Mauro Gianetti, que todavía conserva una figura fina, estaba dentro del grupo de entrenamiento. En el hotel les esperaba Matxin, otra figura clave en el equipo, que tenía agendado para la tarde un partido de pádel. Tras todo ello, a las 16:00, Pogacar habló ante los medios de manera virtual, arrancando por el tema más candente: la no colaboración de Vingegaard junto a él ni con Evenepoel cuando se marchaban los tres solos en el gravel camino de Troyes. “La etapa nos sirvió para ver que están corriendo contra mí, pero estoy acostumbrado. Estábamos dispuestos a ir hasta el final. No pudo ser, aunque me siento muy bien, las piernas responden y estoy satisfecho con lo conseguido hasta ahora”, dice el esloveno, líder con 33 segundos respecto a Evenepoel y 1:15 sobre Vingegaard.

Escasas horas antes, el danés, vigente campeón, dijo que, a causa de su accidente en abril, este año está “un nivel por debajo” mientras que Pogacar “está mejor”, algo en lo que el esloveno no quiere entrar. “Si lo que buscan es afectarme mentalmente no lo van a conseguir. Cuando se corre tan rápido en San Luca (los ataques de Pogacar el segundo día, en Bolonia), es porque uno está bien. La forma en la que él está corriendo y en la que sus compañeros están haciendo la carrera me indica que está a buen nivel”, añade el del UAE, que compartió hotel con Evenepoel y el Soudal. “Es la primera gran vuelta que corro contra él y me gusta, siempre va a tope”, le alabó el doble campeón del Tour. Remco, que tras llegar ayer de entrenar se puso a hacer rodillo, también mostró su “alegría” por lo que va de Tour y un reto: “Espero estar en la lucha entre Pogacar y Vingegaard”. El cuarto en discordia, y en la general, Primoz Roglic, tuvo una mala noticia con el abandono de su compañero Vlasov, que se cayó el domingo y este martes no saldrá.

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