Pogacar solo tiene un rival: la intrahistoria del golpe al Tour

Tardó en llegar la primera etapa de montaña en el Tour de Francia. Fue en la etapa 12, superado el ecuador, y pum. Tadej Pogacar (26 años) dejó en Hautacam una ascensión para el recuerdo. Fue la segunda más rápida de siempre (35:08), solo por detrás de la que hizo el danés Riis en 1996 (34:40). Vingegaard, en 2022, marcó 36:34, y ayer llegó más de dos minutos después que el esloveno. Es decir, hizo una subida inferior a la de hace tres años y Pogacar, derrotado en aquel entonces, notablemente mejor (3:31 de diferencia entre ambos ahora en la general).

Tras lo visto y escuchado desde dentro del Tour en los últimos días, este guion no era el previsto, aunque, claro, decir la verdad a veces implica dar pistas al rival. En la jornada de descanso, Pogacar, que no era líder oficial pero sí virtual (tras Healy), sorprendió con un mensaje que, en un corredor tan ofensivo, costaba imaginar. "Mis principales rivales están por detrás, así que serán ellos los que tendrán que atacar”, destacó el esloveno en Toulouse. Sucedió todo lo contario.

El ataque a 12 km de meta en una subida tan exigente y los riesgos que conllevaba le dio al del UAE su tercera victoria en solitario con la mayor renta de siempre en su carrera, la que más en el Tour. Un triunfo descomunal y, eso sí, sin esperar a los ataques rivales. El suyo, con un Narváez imparable (prácticamente el ecuatoriano es el que suelta a Vingegaard), fue la mejor defensa. Y, en el lado contrario, está el Visma. La convicción con la que hablaban de “El Plan” daba, cuanto menos, el margen a la duda de poder aplicarlo, ya que era el mensaje de cada día. No fue así, aunque Kuss ya avisó en AS con antelación: “Si uno está mucho más fuerte que el otro, realmente las estrategias valen menos”.

“El Plan” tenía varios factores que podrían ayudarle: la baja de Almeida en el UAE, la desgraciada caída de Pogacar camino de Toulouse (evitó un bordillo por centímetros), la fuerza del propio Visma como bloque... De hecho, en la sala de Prensa del Tour, cuando Pogacar se dejó caer del grupo varios metros en la jornada camino de Hautacam para visitar el coche médico, hubo varias miradas entre los enviados especiales. ¿No iba bien? Todo lo contrario. “Está con rabia”, destacó Narváez, compañero y lanzador de lujo, en Toulouse tras la caída de Tadej. Toda la rabia salió de golpe. Es obvio que todavía quedan 9 etapas, pero si ya de por sí desde Lille era una sorpresa ver un ganador de Tour diferente a Pogacar, ahora se multiplicaría por cinco. Como mínimo. Al final, su principal rival no tiene equipo, pero sí un nombre: la Historia.

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