El pelotón anda justo de fuerzas

La etapa de hoy evidenció lo que es una obviedad a estas alturas: el desgaste en este Tour de Francia está siendo muy grande, y los integrantes del pelotón lo están acusando en la última semana de carrera. Que se lo digan a Tadej Pogacar, de quien espero que mañana busque la revancha y culmine una gran etapa. Y es que, ayer, los equipos de los velocistas se vieron sorprendidos por una escapada que, sobre el papel, no debía haberles puesto en apuros. Tres corredores, cuatro cuando se incorporó Pascal Eenkhoorn, fueron capaces de dar la machada. El día pintaba tranquilo, pero acabó teniendo un precioso desenlace con el gran pulso que vimos entre pelotón y escapada.

Kasper Asgreen se llevó el gato al agua cuando pocos se lo esperaban. El trabajo que hizo la fuga fue exquisito, con los cuatro aventureros colaborando a la perfección. Nada habría sido posible sin ese gran entendimiento. Pero la mayor responsabilidad, negativa en este caso, la tiene un pelotón que falló. Lo achaco a la fatiga acumulada, y también al hecho de que, como Jasper Philipsen ha dominado las llegadas masivas, a pocos equipos les interesó colaborar. No estuvo ayer un Wout van Aert que se despidió de otro Tour en el que se le ha de poner el sobresaliente. Hoy se puede repetir el guion de ayer, aunque espero que la fuga sea más grande.

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