Egan Bernal se reencuentra con el Tour de Francia

Tres años dan para mucho. Tanto, como para ganar el Tour de Francia, el Giro de Italia y mirar a la muerte de frente meses después. Egan Bernal (Zipaquirá, 26 años) es el máximo exponente de supervivencia en el ciclismo. Al colombiano le cambió la vida en enero de 2022, cuando chocó a más de 60 km/h contra la parte trasera de un autobús mientras entrenaba con su bici de contrarreloj. Mal recuerdo, pero no infausto. Recuperado física y anímicamente, el año pasado volvió a competir, todo un éxito más allá de los resultados. Hoy, la incógnita sigue en el aire: ¿volverá Bernal a ser el de antes? Solo el tiempo dirá si es capaz de recuperar aquella versión que le llevó a ganar dos grandes vueltas, siendo la primera de ellas una Grande Boucle a la que este sábado regresa tras abandonar en la edición de 2020, hasta ahora, su última participación en la ronda francesa.

Hasta ahora, su temporada tiene dos partes bien diferenciadas. Una de sombra, otra de luz. En sus dos primeras carreras, San Juan y Volta a Catalunya, pleno de abandonos por problemas físicos provocados por caídas. Más piedras en la mochila. Después, compareció en la Itzulia con la intención de acumular kilómetros, por lo que terminó 92º. Desde finales de abril, todo es distinto. En el Tour de Romandía se dejó ver junto a los mejores para finalizar 8º, una vuelta al top-10 de una carrera por etapas que replicó dos semanas más tarde en el Tour de Hungría. Su última prueba de fuego antes del Tour quizás fuera la más esperanzadora de todas, merced a un 12º que vale oro por el tremendo nivel de participación con el que contó el Dauphiné. A corredores que están llamados a pelear por subirse al podio en los Campos Elíseos, como Enric Mas, Mikel Landa, David Gaudu o Richard Carapaz, les superó ampliamente.

No obstante, a estas alturas de la película, lo deportivo queda en segundo plano. Ya lo dijo Egan cuando arrancó el año en Argentina: “La carrera más importante de mi vida ya la he ganado”. En esa idea incidió nuevamente el colombiano en sus redes sociales, rebosante de ilusión ante la gran cita del curso: “Este año va a ser el más especial porque voy a estar en la línea de salida habiendo ya ganado la carrera más importante, gracias a Dios. Nunca pensé estar de nuevo acá, pero si me hubieran puesto a elegir una carrera que hacer por última vez, entonces sería esta”. Todo ello, sin olvidar a aquellos que le ayudaron a superar los innumerables obstáculos que se encontró en su camino durante su recuperación: “Han sido tiempos difíciles donde he necesitado la ayuda de mucha gente y cada pedalada va a ser en honor a ellos; desde los enfermeros, que me cuidaron en el minuto cero; mi familia, amigos, doctores, equipo y, en especial, a Mafe Motas (su pareja) por la paciencia y el amor que me ha dado. Mi cuarto Tour está acá y mi mayor objetivo va a ser inspirar a la gente”.

¿Capacitado para liderar el Ineos?

Más allá del propio Bernal, su equipo, el Ineos, arrancará desde la Grand Départ en Bilbao con la necesidad de averiguar quién es su líder. Probablemente, una cuestión que sólo resolverá la carretera con el paso de las etapas. Egan continúa como incógnita a pesar de sus brotes verdes, Daniel Felipe Martínez lleva la irregularidad bajo el brazo y Carlos Rodríguez, si bien parece la opción más sólida pese a su inexperiencia (22 años), afronta su debut en el Tour. El recorrido, repleto de montaña y con apenas 22 km de contrarreloj, se adapta muy bien a sus características, pero también a los corredores con los que deberán batirse el cobre por los puestos de privilegio de la general (Hindley, O’Connor, Bardet, Simon Yates...), toda vez que Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard parten fuera de concurso. No habrá que perder detalle de lo que ocurra. El reencuentro de Bernal con las grandes vueltas bien lo merece.