Muere Davide Rebellin atropellado por un camión
El mítico ciclista italiano, retirado oficialmente este mismo año tras una longeva y exitosa carrera, fue golpeado por el vehículo mientras entrenaba.
El ciclismo está de luto. El italiano Davide Rebellin, de longeva y exitosa trayectoria, ha fallecido este miércoles a la edad de 51 años tras ser atropellado por un camión mientras entrenaba en el pequeño municipio de Montebello Vicentino (Véneto), tal y como informan medios locales. El transalpino, que se retiró oficialmente este mismo año, cuenta con un amplio palmarés en clásicas, con 62 victorias en total, y 19 participaciones en grandes vueltas. En los Juegos Olímpicos de Pekín, para la memoria española, siempre quedará su lucha por el oro con Samuel Sánchez. Davide se quedó con la plata, pese a que posteriormente le sería retirada por dopaje. Siete años después, sería absuelto por el Tribunal de Padua, pero nunca se le devolvió la presea.
Según una primera reconstrucción de los hechos, publicada por Il Gazzettino, el vehículo causante del accidente golpeó a Rebellin, muerto al instante, tras salir de la autopista en un cruce cercano a la mencionada población. Tras los hechos, siempre según informan los medios locales, el conductor no se detuvo. Los carabinieri, los cuerpos de seguridad italianos, estarían reconstruyendo los hechos y rastreando al conductor. De forma exacta, la colisión se habría producido en la ruta regional 11, cerca del restaurante “La Padana”. Tras la misma, los servicios de emergencia fueron avisados de inmediato, sin poder hacer nada por salvar la vida del italiano.
La carrera profesional de Rebellin, que terminó este 2022 en la Véneto Classic, celebrada el pasado mes de octubre, siempre ha sido admirada por su capacidad para extenderse a lo largo del tiempo. El italiano, ídolo y una de las figuras más relevantes del ciclismo transalpino, debutó como profesional tras los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992). En total, treinta años de una trayectoria cimentada sobre éxitos en carreras de un día, su gran especialidad. En 2004, su año dorado, se convirtió en el primer corredor de la historia en ganar Amstel Gold Race, Flecha Valona (conquistada 3 veces en total) y Lieja-Bastoña-Lieja en una misma temporada. El punto álgido de unas vitrinas en las que también lucen una Clásica de San Sebastián, una etapa del Giro, donde llegó a vestir de rosa, una Tirreno-Adriático o una París-Niza.
Dieta vegana y aficionado a las motos
Nacido en San Bonifacio, población de unos 20.000 habitantes en la provincia de Verona, en 1971, Rebellin inició su carrera en el GB-MG Maglificio, equipo que contó con Franco Chioccioli, Franco Ballerini o Mario Cipollini. Desde entonces hasta 2017, año en el que logró su última victoria, en el Tour de Irán. Actualmente, su equipo era el Work Service Vitalcare Vega, en el que aún dejaba destellos de la calidad mostrada entre 2002 y 2008, en el Gerolsteiner, su etapa dorada. “Siento como una especie de impulso innato que me empuja a continuar. Cada vez que me pongo un dorsal quiero dar lo máximo de mí. No pienso mucho en la edad que tengo, sino en las cosas buenas que los años conllevan: experiencia, capacidad de contemplación y saber atender a los detalles”, argumentaba para dar explicación a su dilatada carrera.
Un impulso natural respaldado por una dieta vegana y un estricto estilo de vida, también marcada por la sombra del dopaje, en el que, eso sí, se permitía disfrutar de las carreras de motos, una de sus grandes aficiones. Su 50º cumpleaños, sin ir más lejos, lo celebró en Sestriere, en medio de once días de entrenamiento en altura. Una dedicación plena desde su primero contacto con la bicicleta, a los ocho años. Como júnior, se dio cuenta de que podía llegar a ser profesional. Tras ganar en Camaiore, por delante del propio Pantani, justo después de los Juegos de Barcelona, lo tuvo claro. La Lieja-Bastoña-Lieja de 2004 era su victoria favorita y no ganar Lombardía, aquello que no pudo tachar de la lista de deseos. Ahora, se los lleva todos una carretera que sigue castigando a los ciclistas. La muerte de Rebellin, sin ir más lejos, recuerda a la de Michele Scarponi en 2017, cuando entrenaba para preparar el Giro. O, en España, al atropello de los hermanos Otxoa, que se cobró la vida de Ricardo.