La otra Titan: Jordi Buch o pedalear sin límites
El catalán ha sido uno de los 220 corredores que ha disputado la NEOM Titan Desert esta semana. Sufre pseudoacondroplasia, una enfermedad minoritaria.
Este año, lleva más de 10.000 kilómetros en bici. A la semana, aproximadamente, dedica entre 12 y 15 horas a rodar. Dice que es un hobby, pero va mucho más allá. Mientras pedalea, inspira. Jordi Buch, catalán de 38 años, nació con pseudoacondroplasia, una enfermedad minoritaria que provoca problemas de crecimiento, malformaciones articulares, dificultades motrices o artrosis. “Es muy articular. Ahora, lo que tengo más afectado es la cadera. Cuando esté totalmente desgastada, me tocará llevar una prótesis. La bici me va bien porque es un movimiento lineal. Sobre todo, tengo problemas para los movimientos laterales”, explica Jordi, sentado en la zona de descanso del Titan Camp.
Los Lunes y los miércoles realiza entrenamientos de carácter funcional. El martes, le dedica sobre una hora y media a la bicicleta de montaña. El fin de semana, “tralla”, como explica con una sonrisa. En su quita Titan, ha terminado 53º (de 220) en la clasificación general. Al principio, el resto de corredores se quedaban sorprendidos por su rendimiento; ahora, la mayoría ya conocen de lo que es capaz. “Yo estoy muy bien físicamente”, admite con modestia. “Si quisiera pasar al siguiente nivel ya necesitaría entrenadores, seguir rutinas… No sé hasta qué punto me perdería la parte del disfrute”, valora.
Buch, uno de esos corredores que le dan una esencia única a la Titan, más allá de las estrellas, descubrió el ciclismo gracias a su padre. Los fines de semana, se iban juntos a dar una vuelta. Poco a poco, se fue enganchando. En su primera marcha popular, necesitó cinco horas para hacer 40 kilómetros; ahora, es un habitual en algunas de las carreras más duras del mundo, como la propia Titan. “Antes de ponerte límites, debes probar las cosas”, defiende. En Arabia Saudí, ha recorrido más de 400 kilómetros y 2.000 metros de desnivel en 23:36:50.
Padrino de causas sobre la bici
Entrena y compite con sus amigos de Mataró, con los que viajó al inexplorado territorio de NEOM. “Yo soy de los de arriba, sí”, admite Jordi al ser preguntado sobre el nivel dentro del grupo. “En general, me considero una persona activa. Otra cosa es qué deportes puedo hacer. Sobre todo, por tema de impacto. Deportes como el pádel me castigan mucho las articulaciones, que ya las tengo mal de por sí”, desgrana. Empezó a rodar por gusto, por influencia paterna, pero también casi por necesidad. “En una pachanga de fútbol sala, me quedé clavado y me vieron que tenía los meniscos destrozados. En ese momento, me pregunté, ¿qué puedo hacer? Y me recomendaron la bici”, añade. Sobre ella, además de competir de tú a tú con cualquiera, visibiliza enfermedades como la pseudoacondroplasia, apadrinando causas de organizaciones como AFAPAC (Asociación de Familiares y Afectados de Patologías de Crecimiento) y pedaleando sin límites.