Golpe de efecto de Jorgenson en el abandono de Vingegaard

Fuerte dolor en la muñeca, corte en el labio… Y otro día más, un día de perros, con ese frío y lluvia de los que es tan poco amigo. Ante ese panorama, Jonas Vingegaard decidió no tomar la salida en la sexta etapa de París-Niza, confirmando así su abandono de una carrera que se le torció en cuestión de 24 horas. Primero mostró su versión más terrenal en el final en alto de la cuarta, en la que se vio superado por João Almeida en los metros finales. Después, al día siguiente, cedió el liderato al ser incapaz de aguantar el ritmo de los favoritos en la última subida, como consecuencia de una caída que mermó enormemente su mejor condición. Con vistas a recuperarla, el Visma decidió que el danés inicie desde ya su recuperación de cara a la Volta a Catalunya, su siguiente gran objetivo, donde coincidirá con Roglic, Ayuso, Mas…

Pero las lágrimas se tornaron en sonrisas este viernes en el seno del equipo holandés. Con el ánimo de darle una alegría a su corredor franquicia, el Visma preparó una escabechina a unos 60 km de meta aprovechando un fuerte viento lateral. Eso provocó numerosos cortes en el pelotón que eliminaron de la pugna por el título a varios rivales de un Matteo Jorgenson que conservó el liderato, que no mostró la más mínima fisura, y que tiene todo de cara para revalidar su corona en la ‘carrera hacia el sol’ tras el 1:54 que cedieron hombres como Almeida, Vlasov, Castrillo y McNulty. La etapa fue para Mads Pedersen, hombre más rápido del grupo de favoritos que llegó a meta en cabeza.

Nada hacía presagiar el movido desenlace que tenía reservada el sexto asalto de París-Niza, con un recorrido llano en su mayoría, con tres pequeñas cotas puntuables, a lo largo de 210 km. Pero si por algo se caracteriza la ronda francesa es por su mística, además de por un mal tiempo que este viernes tampoco dio tregua, por convertir lo inesperado en verosímil. Fue entonces, a falta de unos 60 km, mientras Rémy Cavagna resistía en solitario en cabeza de carrera, cuando sucedió. El Visma aceleró en bloque aprovechando el paso a una carretera abierta y unas fuertes rachas de viento laterales. La ‘locomotora de Clermont-Ferrand’ terminó de raíz su particular show.

Ineos se unió a esa maniobra, lo que provocó una auténtica escabechina. El pelotón se fragmentó en numerosos grupos, siendo uno de los más perjudicados el vencedor del pasado jueves, un Lenny Martinez que pasó de coronarse ante el mismísimo Jorgenson a ceder en meta casi 9 minutos. El estadounidense se mantuvo siempre en el grupo de cabeza muy bien situado, al igual que unos Lipowitz (+40″), Skjelmose (+59″) y Arensman (+1:20) que ahora representan sus únicas amenazas de cara al título. En la meta de Berre l’Étang, Pedersen batió a Tarling al esprint en el reducido grupo de 12 unidades que llegó en cabeza.

Este sábado tendrá lugar la supuesta etapa reina, aunque su recorrido se ha visto seriamente mermado al eliminarse la ascensión a La Colmiane por la mala previsión meteorológica. La distancia total se queda en 109,3 kilómetros y sólo dos puertos, con el final previsto en Auron: 7,3 km al 7% de promedio. Una cima que, como buen residente en Niza que es, el líder Jorgenson conoce a la perfección: “Seguimos el plan que establecimos por la mañana. Sé que tengo el equipo más fuerte de la carrera para este tipo de condiciones (con viento). Ha sido una buena experiencia con un buen resultado. Miramos atrás varias veces y vimos grandes ventajas. Tocó pedalear lo más fuerte posible hasta el final. Tenemos una buena situación para este fin de semana. Ahora pienso en entrar en calor, en darme una ducha caliente, y después pensaremos en traer este maillot amarillo de vuelta a Niza. Conozco la subida a Auron muy bien y sí, es buena para mí”. Hora de la verdad.

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