El mejor Almeida le amarga el liderato a Vingegaard en París-Niza

Hace dos años, justo después de hacer historia para su país al convertirse en el primer portugués que subía al podio en el Giro de Italia, João Almeida reconocía a este medio que todavía no estaba al nivel de los grandes dominadores del ciclismo en la actualidad. Asimismo, en esa misma temporada 2023 vimos lo que es la travesía habitual de Jonas Vingegaard en cada temporada: un inicio suave y progresivo para llegar al Tour de Francia en la mejor condición posible. En aquella edición de París-Niza, de hecho, estuvo por delante de él David Gaudu, algo nada habitual. Pero meses más tarde ya sabemos lo que ocurrió en la Grande Boucle. Marzo no es mes de conclusiones firmes…

Este miércoles, el danés se convirtió en nuevo líder de la ‘carrera hacia el sol’ en detrimento de su compañero y vigente campeón, Matteo Jorgenson, pero el sabor de boca no fue el mejor. Vingegaard atacó en los últimos kilómetros de La Loge des Gardes, primer final en alto de esta París-Niza, soltó a todos sus rivales, como acostumbra, pero no imprimió el ritmo demoledor de ascensión al que nos tiene acostumbrados. Eso lo aprovechó un superlativo Almeida, que quizás esté en el mejor momento de su carrera y al que en 2025 solo le han batido el propio Vingegaard en Algarve y la mejor versión de Santi Buitrago (que hoy abandonó por caída) en Valencia. Con un rush final al alcance de los elegidos, el corredor del UAE le quitó las pegatinas a Vingegaard a pocos metros de la línea de meta para conseguir su primer triunfo del año.

Horas antes de ese espectacular desenlace, el caos se apoderó de la carrera. A 45 km del final, los comisarios neutralizaban la misma a consecuencia de una fortísima granizada. Se temió lo peor, porque para ese momento en meta caía aguanieve, con unos 3 grados de temperatura. Por suerte, después salió el sol en ese punto, y la carrera también pudo relanzarse. Eso sí, no sin un gran desconcierto, porque muchos de los corredores que preguntaban a los jueces no entendían el motivo del parón. Y esa no era otra que la del accidente sufrido por varios vehículos de la carrera, incluido un coche del equipo Decathlon que marchaba por delante del pelotón.

Antes de que todos los corredores se reagruparan, incluidos los fugados, se produjo un desorden generalizado, con corredores parando a los coches para cambiarse de ropa, otros esperando por delante, otros intercalados rodando a un fuerte ritmo… Después de 10 minutos de esperarse unos a otros, la acción se retomó con una renta de 2 minutos para los siete fugados. El Ineos lo apostó todo a Foss en busca del triunfo de etapa, pero cuando los gallos encendieron los petardos en la Loge des Gardes tuvo que rendirse. Un tremendo Pedersen dejó el grupo de elegidos bajo mínimos, donde tanto Vingegaard como Jorgenson controlaron a la perfección los intentos de Lipowitz, Castrillo y compañía.

Hasta que llegó el turno de Lenny Martinez. El francés abrió hueco con Vingegaard a su rueda durante unos metros, hasta que el danés contraatacó con dureza. Nadie pudo seguirle, nadie, hasta que Almeida decidió pasar a la acción. Como acostumbra, midió los esfuerzos mejor que nadie, cambió el ritmo con dureza y rebasó a un Vingegaard que acusó el esfuerzo en los metros finales. El portugués parece el más fuerte, pero todavía tiene 37 segundos que recuperar del tiempo perdido en la contrarreloj por equipos. No obstante, hay carrera. Y se agradece.

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