Nico Denz impone la ley de la fuga en la víspera de Crans Montana

“Necesito sobrevivir”, decía Primoz Roglic en los minutos previos a la duodécima etapa de este Giro de Italia, que para más de uno se ha convertido en un auténtico calvario. Por ahora, no es así para el esloveno, que no deja de sonreír, como si la cosa no fuera con él. La suerte está de su lado, después de la caída que sufrió el pasado miércoles y de la que salió ileso. Eso ya es decir mucho tratándose de Primoz… El día se resolvió tal como estaba previsto, con una escapada que se jugó la victoria en Rivoli. Ahí, desde la ‘fuga de la fuga’, Nico Denz remató el trabajo en un reducido esprint frente a Tom Skujins y Sebastian Berwick, logrando su primer triunfo en una gran vuelta y estrenando al Bora en este Giro. Uno de esos premios que, muy de vez en cuando, recompensan toda una carrera de labor silenciosa del gregario. Geraint Thomas conservó la maglia rosa sin problemas.

Era día propicio para ver triunfar nuevamente a una escapada y el pronóstico no tardó en encaminarse. A los pocos kilómetros de una etapa que sufrió una ligera modificación de recorrido para evitar una carretera en obras (pasó de 179 a 185 km), más de veinte ciclistas formaron una fuga de tremendo nivel. Más tarde se unieron unos pocos más para la causa hasta que el grupo de cabeza quedó integrado por 30 corredores, con la presencia de hombres como Van Wilder, Bettiol, Fortunato, Kuss, Rubio, Matthews, Pedersen, Mollema o Formolo. En busca de protagonismo nacional se filtró Jonathan Lastra, el mejor español de la general hasta ahora (19º). La ventaja se estabilizó ligeramente por encima de los 3 minutos gracias al trabajo, extrañamente comprensible una vez más, de un Ineos al que nadie de los fugados podía inquietar (el mejor clasificado era Konrad, a 8:43). Veremos si ese desgaste no les pasa factura a partir de mañana…

La lluvia había dado tregua durante todo el día, pero nada más lejos de la realidad… A falta de unos 100 km, comenzó a jarrear sobre los corredores, para no perder las viejas costumbres. En esas también llegó una caída al paso por el avituallamiento, en la que Leknessund se vio implicado. Entonces, el Ineos valoró aquello de ‘una retirada a tiempo, a veces es una victoria’, por lo que levantó el pie del acelerador. La ventaja de la fuga se duplicó en pocos minutos y la victoria de etapa quedó en sus manos.

La escuadra británica se dedicó a salvaguardar el liderato de Thomas, sin gastar más de la cuenta, estrategia que copiaron el resto de rivales pensando en la exigente jornada de este viernes. Al último puerto llegaron con más de dos minutos de ventaja Denz, Tonelli, Berwick y Skujins, sobre el resto de integrantes de la escapada. No pudieron echarles el guante. Ante igualdad de fuerzas, la lucha hubo de resolverse al esprint, y menos mal, porque a punto estuvo de ocurrir una desgracia. A unos 6 km de meta, unos manifestantes se quedaron sentados en mitad de la carretera ante el asombro de los ciclistas, que pudieron esquivarles por los pelos. En los metros finales, Denz impuso su mayor velocidad ante un Skujins que fue el que más aguantó a su rueda. A más de ocho minutos llegó el pelotón, con Thomas luciendo un rosa que mañana sale a subasta.