Chris Froome: "Me tiraron orina y me llamaron dopado"

Chris Froome sprintó rabioso en Mende. Al líder del Tour le atacó varias veces Nairo Quintana, pero estaba “furioso” por lo que ocurrió con un espectador: “Un fan me tiró una bolsa de orina y me llamó dopado. Resultó extremadamente decepcionante y censurable a muchísimos niveles. No puedes actuar así en nombre del deporte, durante una competición. Se trató de un momento irresponsable, deleznable, y que arruinó mi etapa por completo. Aunque existan muchos aficionados que nos apoyan, ciertos individuos dejan en muy mal lugar a los demás”.

El corredor continuó con sus explicaciones: “Sucedió 50 ó 60 kilómetros después de la salida. La culpa la tienen los reportajes irresponsables que se han publicado estos días, y que crean sospechas infundadas sobre nosotros. Sus autores saben de quiénes hablo”. Richie Porte, escudero de Froome, reconoció también que le lanzaron “un puñetazo” en la Piedra de San Martín: “Alguien me golpeó de lleno”. Porte tampoco consintió que le insultaran el miércoles: “Me acerqué a charlar con un tipo que me gritó dopado. El cobarde se cagó encima”. El tasmano tiene mucho peor carácter que su jefe de filas, educado a pesar de su tremendo enfado: “Cuando me dicen esas cosas, directamente me río en sus caras”.

En Twitter, el maillot amarillo escribió lo siguiente: “Decepcionado por que un hincha francés destrozara una gran jornada. Felicidades a Stevo Cummings y MTN en el Día de Mandela”. Froome, con pasaporte británico, nació en Kenia y creció en Sudáfrica. Más relajado, ofreció sus impresiones sobre el triunfo de su “buen amigo” Cummings, con el que compitió en 2008 y 2009 en el Barloworld: “Significa un hito histórico para África y para Gran Bretaña. Mi más sincera enhorabuena para el MTN, una escuadra que llegó invitada y que brinda un magnífico espectáculo y esfuerzo”.

Sobre el trabajo de sus compañeros del Sky, tuvo más palabras de elogio: “Realizaron una aproximación impecable hasta la ascensión a Mende. Ahí me probó Quintana, así que me sentí feliz de conservar mi propio ritmo y resistirle. Como cada segundo cuenta, intenté remacharle en la línea de meta. Ahora mismo, le considero la principal amenaza a mi posición”.