NBA

Ya llueve menos en la Bahía

Los Warriors enseñan su mejor cara y remontan a los Celtics en una noche memorable. En Milwaukee, los Bucks no dan opciones a los Spurs.

Después de ganar con apuros, pero ganar, a Nets y Blazers, y de que la ausencia de Draymond Green siga siendo igual de importante en la pista pero empiece a ser algo más silenciosa fuera de ella, los Warriors dieron otro pasito para salir del ataúd en su mejor victoria de la temporada. De largo: 132-126 contra los Celtics, en teoría el mejor equipo del curso (desde luego, el gran favorito al anillo). En teoría porque esta derrota (20-6 ahora) deja a los verdes por detrás de los Timberwolves y con solo medio partido de ventaja sobre los Bucks en el Este, algo curioso dado el irregular inicio de Antetokounmpo, Lillard y compañía. Es extraño el patrón de los Celtics: 14-0 en casa pero solo 6-6 a domicilio, ahora en plena gira por el Pacífico que desembocará en el duelo de Navidad contra los Lakers.

No jugó Kristaps Porzingis, y vaya si se notó. Sin el letón, los Celtics volvieron a sus pecados de las últimas temporadas, casi sin presencia ofensiva en la zona cuando el partido se puso al rojo vivo. A base de tiros de media y sobre todo larga distancia, se hicieron un nudo y batieron su récord histórico de triples fallados: 41 (17/58). Un 29% que contrasta con el 40% de los Warriors (20/50) y que explica cómo se desniveló lo suficiente un partido milimétrico en casi todos los medidores: rebote, asistencias, pérdidas, puntos en la zona…

Durante tramos, ni siquiera pareció tan igualado: los Warriors hicieron la goma todo el primer tiempo (62-65) hasta que parecieron despeñarse en el tercer cuarto, en el que se llegó a un 70-87 con los Celtics jugando a placer. Pero ahí, con más de un pie en la tumba, rugió la Bahía como en los buenos tiempos, que no están tan lejos: hace solo un año y medio estos dos equipos se jugaron el título… y ganaron los Warriors. Como entonces, Stephen Curry se elevó por encima de todos. Después de su primer partido sin triples en un siglo, tardó mucho en meter el primero pero acabó con seis (6/11) y 33 puntos. Hizo la quinta falta mediado el tercer cuarto, cuando todo parecía perdido. Pero aguantó todo el partido y jugó el último cuarto y la prórroga sin descanso y con 20 puntos. Falló un triple justo antes de la prórroga (también Jayson Tatum) pero anotó el definitivo, a diez segundos para el final de ese tramo de desempate y en un pase de Chris Paul que levantó sin apenas adaptar el gesto y mientras acababa la posesión. Un tiro imposible de un jugador imposible y la celebración que tan bien conocen los Celtics desde aquellas Finales 2022: a dormir.

Klay Thompson (24 puntos, otros seis triples) lleva cuatro partidos seguidos por encima de 20 puntos. Juntos, como un millón de veces, remontaron un partido que parecía perdido y en el que se lesionó el rookie Brandin Podziemski. Pero hicieron un enorme trabajo Jonathan Kuminga y otro novato, el pívot Trayce Jackson-Davis que se abre paso (10 puntos, 13 rebotes, 3 tapones) en un equipo que pedía a gritos piernas frescas. El colapso de los Celtics se escenificó en más de cuatro minutos sin anotar entre el final del tiempo reglamentario y la prórroga. Incluida una posesión eterna: cuatro rebotes de ataque y cinco tiros para nada con 121-121. Así, entre drama, tiros fallados y pelea sucia en el barro de las zonas, se fue poniendo el partido en el punto de mira de Curry. Y Curry no falló, claro. Un simple vistazo (también ayudó Chris Paul) a los Warriors de siempre, aunque suele fuera un fogonazo, dio esperanza al Chase Center y fulminó a los Celtics: 15 puntos en 17 tiros de Tatum, 28 de Jaylen Brown y resonante ausencia de Porzingis.

Giannis y Lillard estrangulan a los Spurs

Solo había dos oportunidades (salvo duelo en las Finales que obviamente no se va a dar) para ver a Victor Wembanyama contra Giannis Antetokounmpo en la temporada rookie del francés, la gran sensación a la que el griego, de por sí un salto evolutivo en la NBA, definió como la siguiente gran mutación: “Algún día veremos partidos de baloncesto y todos los jugadores serán como él”. Pero la primera oportunidad se fue al limbo por las molestias en un tobillo de un Wemby que solo se ha perdido, con este, dos partidos de los 26 de su equipo. Buena señal. El 5 de enero, en poco más de dos semanas, los Bucks visitan Texas. Con suerte, ahí sí tendremos a los dos unicornios europeos cara a cara.

Sin Wembanyama el partido perdió picante. No digamos después de un primer cuarto en el que lo Bucks pasaron por encima (44-26) de unos Spurs que anotaron su primera canasta y fallaron los siguientes trece tiros, se llevaron un parcial de 21-1 en contra y se metieron en un agujero del que ya no salieron… aunque lo intentaron y llegaron a recudir la ventaja a menos de diez puntos. El empuje de Keldon Johnson (28 puntos, 12 rebotes para un jugador interesante… y que está en el mercado) mantuvo el tipo de los Spurs, que rompieron su histórica racha de derrotas contra los Lakers pero han vuelto a la andadas: ya son veinte partidos perdidos de veintiuno y un 4-22 en total.

Para los Bucks, buena vida en Wisconsin, donde llevan catorce victorias seguidas y cinco ahora consecutivas desde que se fueron con el ceño fruncido de Las Vegas tras su derrota en semifinales del In Season Tournament. Antetokounmpo firmó su mínimo de la temporada en puntos (11) pero el máximo de su carrera en asistencias (16) y apiló además 14 rebotes para un triple-doble que fue la guarnición perfecta para otra explosión anotadora de Damian Lillard: 19 puntos solo en el primer cuarto y 40 en total con siete triples. El base se convirtió en el 51º jugador de la historia con más de 20.000 puntos y el cuarto que además tiene también 5.000 asistencias y 2.000 triples (los otros son LeBron James, Stephen Curry y James Harden). Los Bucks van poco a poco a más y están ahora en 20-7, a medio partido de los Celtics a pesar de sus zozobras de inicio de curso.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.

Lo más visto

Más noticias