Westbrook debuta con los Clippers en un festival de puntos

Y después de las quejas por la poca defensa en el All-Star llega esto. El Crypto Arena de Los Ángeles disfrutó de un partido parejo -eso es cierto- entre dos equipos que van a pelear en la parte alta de la Conferencia Oeste (también) donde se vio un caudal ofensivo abrumador (también). Pero claro, las defensas se las dejaron en el vestuario. Un partido no apto para adeptos al cerrojazo. Que desaparezcan rápidamente de las mentes las ayudas en el lado débil, el seguimiento del bloqueo y continuación o la caja y uno, que aquí hubo poco de eso. Los Clippers y los Kings protagonizaron el segundo encuentro con más puntos de la historia de la NBA, apoyado eso sí por sus dos prórrogas. Sobrepasaron la marca de 337 de un Spurs-Bucks de 1982 y la dejaron en 351, lejos aún del récord total de ese Pistons-Nuggets de 1983 que continuará en lo alto con 370.

El resultado fue 175-176 a favor de los Kings, en el cual era su segundo compromiso de back-to-back tras ganar a los Blazers la noche anterior. Una entrada en la fase decisiva de la temporada de lo más arrebatadora. Fueron los que remontaron constantemente el duelo, los que no se iban, los que más se aferraban y los que se lo terminaron llevando a casa. En el tiempo reglamentario perdían por 14 a falta de cuatro minutos y en cada una de las dos prórrogas se dejaron ir por 6 abajo. Un fantástico trabajo mental del equipo de Mike Brown, que se entiende que tenga enamorada a la parroquia morada después de tantos años de sinsabores.

A juzgar por lo visto, no es un partido enjuiciable en términos de competitividad completa, con todos los atributos que tiene que tener un choque entre dos conjuntos punteros de la NBA y a los que se les presupone que algo quieran defender, pero sí habla maravillas del pundonor de los Kings para ganarlo en la vorágine anotadora en la que se metieron con los Clippers. Los angelinos 26 triples en 45 intentos, la mejor marca de su historia, y ni con eso les valió. Y todo ello en el partido de debut de Russell Westbrook con esa camiseta después del cambio de bando en la ciudad y de su nulo paso por los Jazz, una locura hecha a su medida: 17 puntos, 14 asistencias y sí, también siete pérdidas. Monk (45) fue el rey de la noche con la inestimable ayuda de Leonard (44), Fox (42), George (34) y otros quince jugadores que se apuntaron a eso de meter el balón en la cesta.

“Debe ser el mayor nivel de baloncesto jugado del que yo he sido parte. De los dos equipos. Acierto, ejecución... De todo”, se apresuró a señalar Kevin Huerter, escolta de los Kings, tras acabar. En el otro lado, Tyronn Lue, entrenador de los Clippers, era más reflexivo en la derrota. “Ha sido una experiencia para aprender”, dijo el técnico local, poniendo énfasis en las dos partes del campo y en lo que la llegada de Westbrook hace que deba adecuar su rotación a las características de este jugador.

También es cierto que hay que dar su porción de mérito al buen hacer de los jugadores en ataque, no todo va a ser una crítica a la falta de defensa. El resultado fue una conjunción de todo, no como en el All-Star de Salt Lake City. Se buscaron las mejores opciones en las jugadas ofensivas, hubo una noche en positivo en tiros punteados para los que lanzaban y todo ello formó un amasijo de puntos del que fue difícil escapar. Y casi mejor, pensarán los espectadores, si lo comparamos con un 60-60. Esto va por gustos. En el último periodo, ya con un marcador bastante abultado, se vio el primer punto de tensión con el que los Kings supieron jugar: les cayó un parcial de 15-2 cuando faltaban sólo cuatro minutos para el final. Fox y Sabonis cargaron con esa primera remontada y, con tres arriba en la última jugada, los Clippers dejaron pasar a Fox a la zona para que anotara de dos, pero el base encontró a un Malik Monk a fuego y el esperado triple llegó a 1,1 segundos del bocinazo. Leonard falló en la respuesta. 153-153. En la primera prórroga se volvió a estirar el marcador por la parte local y de nuevo llegaron los Kings, aquí con los nervios más a flor de piel, a empatar. Después de un minuto sin que nadie anotara Malik Monk, ganándose lo de ser el máximo anotador de la noche, metió dos tiros libres para igualar. George falló en la respuesta. 164-164. Le pasaron la batuta a Westbrook en el segundo tiempo extra y respondió con una bandeja, un robo y dos asistencias, dejando a pie de victoria a los Clips a falta de poco menos de dos minutos, pero esta vez la levantada de los morados iba a ser la definitiva. Un triple frontal de Monk primero y una doble acción de Fox después, pasando del robo al tiro en media distancia, puso la ventaja definitiva que ni Kawhi ni Batum anularon posteriormente. Un choque de excesos que bien valió la entrada.