Wembanyama multiplicará su sueldo por 25 en su estreno en la NBA

Ya quedan solo unos días para que se confirme lo que es un secreto a voces: Victor Wembanyama (19 años, 2,21 de altura y 2,34 de envergadura) será el número 1 del draft de la NBA que se celebra el próximo jueves, 22 de junio. Y jugará en San Antonio Spurs, que ganó la lotería del draft y el derecho a elegir en primera posición en un draft que permite hacerse con una de las promesas más importantes de toda la historia de la NBA. Un jugador llamado, si consigue desarrollar todo su potencial, a cambiar el baloncesto. Y del que dicen los expertos que, más allá del descomunal valor deportivo, añadirá solo con su selección unos 500 millones al valor de la franquicia que se haga con él: los Spurs.

Wembanyama acaba de perder la final de la Liga francesa con el Metropolitans 92, el equipo que eligió cuando optó por dejar el ASVEL y el cauce de la Euroliga para preparar, con menos exigencia de partidos, su cantado salto a la NBA. Ha sido MVP y ha arrasado en las principales categorías estadísticas en Francia, y solo le ha faltado ese broche en la serie final contra el Mónaco. Por esta temporada en la que su equipo ha estado en todos los focos a nivel internacional, con sus partidos retransmitidos en abierto a través de la app de la NBA para saciar el ansia de ver al nuevo fenómeno, Wembanyama ha percibido unos 400.000 euros, entre un salario anual que rondaba los 200.000 y una cantidad mensual de la que se restaban los derechos de imagen.

A partir de la próxima temporada, su salario se va a multiplicar por 25. Y eso contando solo con su nuevo contrato deportivo y dejando al margen lo que perciba a través de acuerdos de publicidad e imagen. Es difícil saber hasta dónde llegarán estos últimos con un jugador de su dimensión, pero se calcula que Zion Williamson, otro número 1 ultramediático (en 2019) se llevó en su primer año NBA (2019-20) unos 20 millones de dólares por publicidad. A eso sumó 9,7 millones de los Pelicans, que le pagaron lo estipulado según la rookie scale, la tabla de salarios fijada para los 30 jugadores elegidos en la primera ronda del draft. Unas cantidades de las que las franquicias no se pueden mover salvo en una pequeña horquilla: no pueden bajar del 80% ni superar el 120%.

Esa rookie scale se establece según el salary cap, que para la próxima temporada está proyectado en 134 millones de dólares. Si se cumple esa previsión, Victor Wembanyama se llevará el próximo curso, como cantado número 1 del draft, 11,9 millones de dólares de los Spurs. Y en sus cuatro primeros años, los de contrato rookie, podría ingresar en total 54,3 millones de dólares: 11,9, 12,5, 13,1 y 16,6. Los dos primeros años son totalmente garantizados, el tercero y el cuarto los tiene que garantizar la franquicia (de forma independiente). Después del tercer año, eso sí, ya puede firmar su primera gran extensión máxima si le va todo tan bien como debería. Esas cantidades también dependerán de la cifra en que esté fijado el cap.

En 2021, Luka Doncic firmó un máximo de cinco años y 207 millones (venía del draft de 2018) y, por las condiciones que pudo alcanzar, fue entonces la mayor extensión de un contrato rookie de la historia. El pasado verano, Zion acordó con los Pelicans cinco años y 193 millones, ampliables a unos 233 si hubiera entrado en los Mejores Quintetos de la pasada temporada, una situación parecida a la del número 2 de su draft, Ja Morant, que se quedó entre polémicas y sanciones también fuera de los Mejores Quintetos. Ahora el turno será para el número 1 de 2020, Anthony Edwards, una estrella emergente y ya all-star (en 2023) que con 21 años va a firmar, si no pasa nada muy raro, una extensión máxima de contrato rookie que será de récord: los Timberwolves le darán por cinco años extra unos 204 millones que podrían llegar, si cumple las condiciones para convertir el máximo en súper máximo, hasta los 240 millones.