NBA | LAKERS 121 - NUGGETS 110

Vivir para ver: los Lakers pueden ganar

Tras cinco derrotas consecutivas, los Lakers se imponen a los Nuggets y suman su primera victoria del año. Y, para redondear, Westbrook.

Por primera vez desde el pasado 10 de abril, los Lakers han ganado un partido de la NBA. Eran los únicos que todavía no habían conseguido una victoria en su peor inicio de siempre, un 0-5 que solo habían tenido en la 2014-15 y en la 1957-58. Y por fin, tras mucho sufrimiento, llega una alegría. El equipo angelino se impuso a los Nuggets en Los Ángeles, en una noche en el que los tiros entraron de forma sorprendente, las pérdidas no se sucedieron, el rebote estuvo de su lado y los lanzamientos liberados acabaron teniendo éxito. Una rareza, probablemente también una excepción, pero un número distinto al cero en la casilla de victorias y quizá, solo quizá, una pequeña luz en todo ese manto de oscuridad en el que, en los últimos tiempos, siempre se mueven.

Y eso que las cosas empezaron mal: dos triples seguidos de Michael Porter ponían el 0-6 inicial para los Nuggets, que llegaron a mandar por 10 puntos (15-25) en un primer cuarto que finalizó 26-31. Los Lakers se vieron entonces con opciones y pisaron el acelerador: 55-51 al descanso, 93-85 al final del tercer cuarto (en el que llegaron a perder 72-80 y acabaron teniendo su mayor ventaja de la temporada) y 121-110 al final. Aumentando la distancia, sin prisa pero sin pausa, fuertes en LeBron James y Anthony Davis y con el banquillo muy proactivo. Una canasta de Nikola Jokic dejaba a los Nuggets todavía con opciones con algo menos de 7 minutos para el final (106-99). Pero LeBron, con dos puntos y una asistencia para triple de Austin Reaves, disipó dudas y cerró el duelo con una sonrisa, la que esta vez sí exhibieron los Lakers. Que, por cierto, vistieron de blanco en el día del homenaje al mítico George Mikan, la primera gran leyenda de la historia de la NBA, allá por los albores de la competición.

El mejor del partido fue, claro, el ya mencionado LeBron: 26 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias en menos de 35 minutos. Con 38 años, está en una forma física sin precedentes para alguien de su edad, no se ha perdido ni un solo partido y está bien en los dos lados de la pista, sin mostrar dudas ni problemas físicos. Anthony Davis, que siempre tiene alguna molestia, se olvidó de ellas para cuajar una gran actuación (23+15), atrapar hasta 6 rebotes ofensivos, y defender de forma excelente en casi 37 minutos en pista. Y luego estuvo Russell Westbrook. El denostado base, carcomido por las críticas y destrozado por la opinión pública, se llegó incluso a asemejar a un buen jugador de baloncesto: 18 puntos con 6 de 12 en tiros, 8 rebotes, 8 asistencias, buenas decisiones, grandes pases y ninguna mala cara. Volvió a salir desde el banquillo, no se quejó, lideró la segunda unidad y acabó con un +/- positivo por primera vez en la temporada (+18). Increíble pero cierto.

Lonnie Walker se fue a otros 18 tantos, Austin Reaves aportó 10, Patrick Beverley 5+5 y Troy Brown 8+6. Los Lakers defendieron bien, aunque no evitaron laproducción habitual de Nikola Jokic: 23+14+6. Porter se hundió paulatinamente tras su fulgurante inicio y se quedó en 17 puntos con 3 de 10 en triples, Aaron Gordon jugó seguro (18+6, con 7 de 11 en tiros) y Jamal Murray continúa su progresión tras su retorno: 21+4+5 y un 9 de 21 en tiros de campo. En fin, primera victoria de la carrera de Darvin Ham y partido ganado por los Lakers. Algo raro, extraño en esta etapa de la franquicia, que contó con Pau Gasol en la grada (el 7 de marzo de 2023 le retirarán la camiseta) y con un equipo de baloncesto en pista (lo cuál es aún más extraño). A ver cómo evolucionan los Lakers y somos capaces de discernir si esto es un mero espejismo o algo cercano a la realidad. Ahí está la clave.

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