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Victor Wembanyama es el Rookie del Año en la NBA

El francés, que ha completado una temporada fabulosa, superó con claridad a Chet Holmgren y Brandon Miller, los otros finalistas.

Scott WachterUSA TODAY Sports via Reuters Con

Victor Wembanyama, estaba cantado, es el nuevo Rookie del Año en la NBA. El pívot francés (todavía 20 años y sus inacabables 224 centímetros de altura y 244 de envergadura) se ha llevado un premio que tenía su nombre desde, básicamente, mitad de curso. La excepcional temporada de Chet Holmgren, el pívot de los Thunder que habría ganado en muchos otros cursos este galardón, hizo que hubiera debate hasta el invierno. Después, apenas.

Holmgren, otro unicornio con dotes de jugador especial (16,5 puntos, 7,9 rebotes, 2,3 tapones), ha sido uno de los líderes de unos Thunder que han acabado primeros del Oeste y que se han metido en segunda ronda de playoffs tras arrasar (4-0) a los Pelicans y como el equipo más joven (menos de 24 años de media) que consigue avanzar más allá de la primera eliminatoria. Y Brandon Miller, el otro finalista, también ha dejado suficientes motivos para la esperanza en su nuevo equipo, Charlotte Hornets: 17,3 puntos y 4,3 rebotes por partido. El alero, numero 2 del draft, ha convencido con su facilidad anotadora incluso a quienes criticaron que fuera elegido por delante del base Scoot Henderson, que acabó con el pick 3 en Portland Trail Blazers y que ha tenido una primera temporada mucho más irregular. Holmgren es un producto del draft de 2022 (número 2) pero ha operado como rookie porque se pasó en blanco su primera temporada por una lesión en un pie antes de debutar.

Miller apunta a estrella, Holmbren a gran estrella…. Y Wembanyama a jugador generacional. Exactamente lo que creían que elegían los Spurs cuando se hicieron con el espigado pívot/jugador total francés, uno de los más esperados en toda la historia de la NBA. El más, en tiempos recientes, desde LeBron James veinte años antes. Wemby ha demostrado, lo primero y no un asunto menor, que puede jugar en la NBA: pese a su físico, muy delgado, con poco músculo y de extremidades inacabables, ha participado 71 partidos sin más contratiempo que unos problemas de tobillo que redujeron sus minutos en pista en el tramo central de la temporada. El resto, tan bien o mejor que lo previsto. Y, en su caso, eso es mucho decir: 21,4 puntos, 10,6 rebotes, 3,9 asistencias y 3,6 tapones por partido con un 46,5% en tiros totales y un 32,5% en triples.

Uno de los mejores rookies de la historia

Su rendimiento fue de menos a más, sin apenas rastro del rookie wall, el cansancio que suele atenazar a los novatos en el último tercio de sus primeras temporada en la muy exigente NBA. Tras un comienzo más caótico en el que Gregg Popovich le dio libertad para equivocarse e hizo experimentos tan extraños como jugar con Jeremy Sochan (un tres-cuatro) de base, las cosas se enderezaron (más o menos) después de un 3-20 en 23 partidos que incluyó una racha de 18 derrotas seguidas. Los Spurs acabaron mal: 22-60, el mismo balance que un año antes y todavía centrados en una reconstrucción que se sigue alargando (cinco años sin playoffs) y que, por lo que dicen quienes saben qué se cuece dentro de la franquicia texana, todavía espera hacer caja en el draft de 2025 después de otra temporada de ritmo lento. Y eso a pesar de que los últimos dos meses de competición demostraron que los Spurs pueden ganar cualquier partido si está en pista un Victor Wembanyama que, además, aseguró cuando acabó su primer curso NBA que está “al 15%” en el desarrollo hacia el jugador que quiere ser.

En marzo, y después de tres meses por debajo de esa barrera, jugó más de 30 minutos de media (31,7) y promedió 23,2 puntos, 11,7 rebotes, 4,8 asistencias y 3,8 tapones. Los Spurs mejoraron con un base puro (Tre Jones) y con el talentoso escolta Devin Vassell (23 años) cada vez más cómodo en el juego de 2x2 con Wembanyama. En abril, todavía mejor en el último coletazo de la temporada: 35,8 minutos y 25 puntos, 12,8 rebotes, 6,8 rebotes y 5,6 tapones. Una barbaridad. En su último partido, el penúltimo para los Spurs (no jugó después contra los Pistons), ayudó a un sorpresón (121-120) contra el campeón, unos Nuggets que se jugaban un liderato del Oeste que finalmente no tuvieron, con 34 puntos, 12 rebotes y un tramo de 17 puntos en 3 minutos.

Wembanyama puede hacer doblete porque también está nominado para el premio de Defensor del Año, algo muy difícil de lograr para un rookie. En principio no lo conseguirá porque su compatriota Rudy Gobert es muy favorito (hoy martes se anunciará el ganador), pero el simple hecho de que esté entre los posibles ganadores (junto a Gobert y Bam Adebayo) demuestra hasta qué punto ha sido significativo su impacto en las zonas de la NBA: sus 3,6 tapones han sido la mejor cifra de la Liga con mucha diferencia (2,4 Walker Kessler y Brook Lopez).

Líder de los rookies en anotación, rebotes y tapones, ha sido en el global de la temporada 30º en puntos y octavo en rebotes. Y el primer jugador de toda la historia que completa un curso con más de 1.500 puntos, 250 tapones y 100 triples. Volviendo a jugadores de primer año, sus cifras de puntos y rebotes son las mejores desde Blake Griffin en 2011 (22,5 y 12,1). El ala-pívot, entonces en los Clippers, era (como Holmgren) un jugador de segundo año que se había perdido el primero por lesión, en su caso de rodilla. Desde que se miden los tapones de forma oficial (1973-74), sus 3,6 suponen la mejor marca en un estreno en la NBA desde los 3,9 en 1990 de otra leyenda de los Spurs, David Robinson. El Almirante fue elegido Rookie del Año de forma unánime, con todos los primeros votos. Wembanyama se suma a una lista en la que están también Ralph Sampson, Blake Griffin, Damian Lillard y el que era el último en lograrlo hasta ahora, Karl-Anthony Towns.

Todos los datos apuntan a una de las mejores temporadas rookies de la historia, a un jugador llamado a marcar una época en los Spurs, en la NBA y en el baloncesto, un deporte sobre el que puede tener un efecto transformativo por su capacidad para hacer cosas que nadie ha hecho jamás. Es el decimoquinto que ha conseguido firmar un partido del dificilísimo 5x5: 27 puntos, 10 rebotes, 8 asistencias, 5 tapones y 5 robos en una derrota contra los Lakers. Y aunque solo ha totallizado dos triples-dobles, ha dejado claro que tiene las facultades para ser el quinto jugador con un cuádruple-doble, algo que nadie ha logrado este siglo. Ya tiene en su historial partidos con estas estadísticas: 23 puntos, 15 rebotes, 9 tapones y 8 asistencias; 27 puntos, 14 rebotes, 5 asistencias, 10 tapones; 33 puntos, 15 rebotes, 7 asistencias, 7 tapones… Parece cuestión de tiempo, del mismo modo que parecía una certeza lo que ya es oficial: Victor Wembanyama es, por aclamación y con toda justicia, el Rookie del Año de la NBA 2023-24.

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