Un entrenador de oro: 120 millones para Erik Spoelstra

El puesto de entrenador se sigue revalorizando y los Heat aparecen en escena y atan a Erik Spoelstra. El ya mítico entrenador (53 años) ha firmado una extensión de 120 millones de dólares para las próximas ocho temporadas, convirtiéndose de esa manera en el técnico con más dinero comprometido de la historia de la NBA. Una cifra extraordinaria que le ha ofrecido Pat Riley, su mentor, el hombre al que sustituyó en el cargo allá por 2008, siendo esta la 16ª temporada en el puesto de Spoelstra, que lleva ligado a la franquicia de Florida 25 años, un cuarto de siglo que le ha permitido ir ascendiendo en el escalafón para ser hoy considerado uno de los mejores de siempre en su puesto. Y ahora, uno de los mejores pagados, con un contrato con el que supera a Monty Williams, que se fue a 78,5 millones en seis temporadas el pasado verano, cuando fichó por unos Pistons más a la deriva que nunca.

Spoelstra es todo un mito viviente a pesar de tener una edad precoz para tan extenso currículum. Es el entrenador que más tiempo lleva en el mismo puesto y sin cambiar de equipo después de Gregg Popovich. También es el segundo que más victorias acumula después del entrenador de los Spurs, y el tercero de entre los entrenadores en activo tras Popovic y Rick Carlisle, ahora en los Spurs. En el top 20 de técnicos con más partidos ganados de todos los tiempos, es uno de los 14 que ha ganado al menos dos anillos de la NBA. Tres si contamos el que conquistó en 2006 como asistente de Pat Riley, el hombre que le formó y que sumó entonces su quinto entorchado, culminando así una de las carreras más increíbles de siempre en los banquillos y una de las mejores historias que ha vivido la mejor Liga del mundo, la protagonizada por una figura icónica que ha tocado la gloria como jugador, entrenador y directivo.

Fue precisamente ese increíble personaje el que encumbró la carrera de Spoelstra, que estuvo a la altura de las circunstancias. La fe del Padrino de la NBA en su discípulo se demostró incluso cuando despidió elegantemente de su despacho a LeBron James y Dwayne Wade, que le pidieron en 2011 que bajara al banquillo para hacerse con las riendas del equipo igual que lo había hecho en 2005, con Stan Van Gundy, sacando de ahí al por entonces fue su pupilo, que no aguantó el intervencionismo del mandamás. La historia no fue igual con Spoelstra: LeBron y Wade se tuvieron que aguantar y a su vera conquistaron los títulos de 2012 y 2013, los dos únicos de la carrera del técnico, que forjó una gran alianza con el escolta (ligado a la entidad casi hasta su retirada) y certificó su permanencia, que ahora nadie cuestiona, en un puesto que es el suyo y que aguantó cuando ganaba y los focos apuntaban a las estrellas. Evitándolos cuando perdía, algo que nunca ha hecho de forma acusada y que incluso ahí ha dado la sensación de pertenecer a un plan establecido.

Tras la marcha de LeBron en verano de 2014, dos anillos y cuatro Finales después, los Heat siguieron siendo competitivos con Spoelstra a los mandos. Han pisado playoffs en seis de nueve ocasiones posibles, llegando además dos veces a las Finales, una en la burbuja de Orlando en 2020 y otra el curso pasado, cuando aterrizaron en dicha ronda como octavos clasificados, un hito absoluto que no pudieron colmenar con la victoria, entre otras cosas porque la lógica es más fuerte que cualquier otra cosa. Y los Nuggets de Nikola Jokic, también. Eso no impidió que las alabanzas fueran para Spoelstra, elegido también uno de los 15 mejores entrenadores de la historia la temporada pasada. Un técnico genial, único, mágico y que entiende perfectamente la idiosincrasia de la NBA en general y de los Heat en particular. Una franquicia a la que lleva ligado toda una vida y que ahora le premia con la mayor cantidad de dinero que nadie en su posición ha tenido comprometido jamás. Todo un logro. Otro más.

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