NBA | SUNS 130 - WARRIORS 119

Un Curry divino (50 puntos) para nada: los Warriors se hunden

Desastre del campeón en Phoenix y ya 0-8 a domicilio para un equipo irreconocible. Los Wolves mejoran y los Nuggets se estrellan.

Christian PetersenAFP

No hay manera. La crisis de los Warriors se agrava noche tras noche, la confirmación de que esto no es un bache ni un espejismo: hay problemas reales, tangibles, muy peligrosos. Y Draymond Green ha sido el último en decirlo abiertamente, sin tapujos. En Phoenix, la mediocridad que pasea ahora mismo el campeón quedó en evidencia: 130-119 a pesar de, ojo, 50 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias de Stephen Curry con un 17/28 en tiros y un 7/11 en triples (y 9/9 en tiros libres).

Curry anotó 17 puntos en un primer cuarto que jugó completo. Y su equipo perdía (36-33). Llevaba 31 al descanso, básicamente su media de la temporada en partidos completos, y su equipo perdía (72-65). Acabó con el undécimo partido de al menos 50 en su carrera… y su equipo perdió. Promedia 32,8 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y un casi imposible 70% de true shooting percentage. Da igual: sus heroicidades solo valen para que su equipo haga la goma en los partidos, sobreviva hasta llevarse el estacazo final. Es un 6-9 impropio de un campeón. Duodécimo puesto de un Oeste flojo. Y un bochornoso 0-8 fuera de casa. Un dato increíble. Llevan dos derrotas en las que han encajado 134 y 130 puntos contra unos Suns que están 9-5, a un partido de la cabeza del Oeste pese a jugar sin Chris Paul ni Cam Johnson. Qué vidas tan distintas.

El partido fue básicamente un concurso de tiro: 18/42 en triples (42%) los Warriors, 21/40 (52%) los Suns, que respondieron a cada tirón de Curry con un saco de puntos. Cam Payne batió el récord de su carrera (29 con 6 triples), Devin Booker sumó 27 con 9 asistencias y Mikal Bridges jugó un (otro) partido maravilloso: 23+9+9, 5/8 desde la línea de tres. Tan castigados por el final de temporada pasada y un verano de decisiones difíciles y jaleos en los despachos, los Suns vuelven a estabilizarse como uno de los mejores equipos de la Liga. Mucho mérito y 9-5, a un partido de esos Trail Blazers que aprovechan las duda de todos los demás para mandar en la Conferencia. Por lo que pueda venir.

Pero la historia está en San Francisco, claro. En cómo los Warriors no ganan haga lo que haga Curry. En cómo su defensa, tantas veces apasionante de ver e imposible de superar, se cae hasta el fondo de la NBA (es una de las cinco peores). Como sus rivales se ceban en el rebote. Como Green pierde eficacia, Klay Thompson anota sin precisión (19 puntos, 17 tiros) ni chispa y Jordan Poole se convierte en un agujero negro si no es titular (esta vez, 2 puntos con un 0/5 en tiros). Del timeline joven, ni rastro: Kuminga fue baja, Moody jugó seis minutos y Wiseman está desterrado en la G League mientras los Warriors se piensan qué hacer con él. Así, la rotación es corta, faltan puntos y físico, defensores y competidores. Wiggins y Looney ayudan pero la sensación es que Stephen Curry está a un nivel casi divino… pero solo, terriblemente solo. Y empieza a parecer claro que la reacción no se va a gestar solo en la pista. Que hacen falta movimientos en los despachos. Y, quizá, decisiones difíciles. O un año maravilloso de Curry se irá al limbo con la corona de campeón. Es pronto, claro, pero las sensaciones son horribles en la Bahía.

Los Nuggets se estrellan sin Nikola Jokic

En una noche en la que los Mavs se estrellaron sin Luka Doncic, los Nuggets (9-5 ahora) tampoco pudieron ganar sin su jugador franquicia. Sin Nikola Jokic (y sin Aaron Gordon, otra baja importante) los de las Rocosas no pudieron con unos motivados Knicks (103-106) que ganaron sin mucho brillo pero llevan dos victorias a domicilio después de su desastre del domingo en el Madison, contra los Thunder. Dos, además, en back to back y contra equipos que estaban invictos como locales. Tiene su mérito, dada la mala situación en la que afrontaban este viaje los de Thibodeau.

La sangre fría con los tiros libres finales de Julius Randle (34 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias, 4 robos) y Jalen Brunson (21 puntos, 5 rebotes, 7 asistencias) aseguró el triunfo antes de un intento final, a la desesperada, de un Jamal Murray que metió 21 puntos pero necesitó 20 tiros. Michael Porter Jr (5 puntos, 1/8) estuvo muy mal, y los Nuggets se quedaron sin más recursos que el empuje desde el banquillo de Hyland (21 puntos). Los Knicks sacaron tajada… por los pelos. Sin Fournier ni Grimes, ahora mismo fuera de la rotación, y en un día muy discreto de Barrett. Pero ganaron, y están 8-7, otra vez en positivo a pesar de la lluvia de críticas con la que comenzaron la semana. Algo es algo.

Los Timberwolves enseñan su mejor cara

Falta les hacía a los Wolves, en zozobra muy seria, sumar victorias y mejorar sensaciones. Y eso están haciendo: segundo triunfo seguido fuera de casa y 7-8 ahora. Es verdad que el rival era Orlando Magic, uno de los equipos más débiles de la NBA (4-11 ahora) que juega además sin su nueva estrella, el número 1 del último draft Paolo Banchero. Pero los Wolves arrasaron (+27 en la primera parte, 108-126 final) y dejaron una muy buena imagen: más motivación, más compromiso, más circulación de balón… Anthony Edwards anoto 19 puntos en el primer cuarto 35 en total, con 6 asistencias y un 7/13 en triples. Towns se fue a 30+5+5 con buena contribución también de Russell (muy señalado hasta ahora) y Gobert. En los Magic, 26 puntos y 12 rebotes de Bol Bol, 18 y 6 de Wagner y 23+6+6 de Suggs. Poca cosa, más sin Banchero.

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