NBA | PELICANS 126 - SPURS 117

Sin Zion también hay paraíso

Los Pelicans ganan sin su estrella en un partido ajustado, en el que los Spurs amenazaron con remontar y en el que McCollum fue el gran héroe. Buenos minutos de Willy.

Victoria a rachas, pero victoria. El fichaje de CJ McCollum el pasado 8 de febrero de 2022 fue un mensaje por parte de los Pelicans. Estaban bien, se encontraban bien y miraron hacia delante. Zion Williamson no estaba, pero era el momento de redefinirse como franquicia y llegar a playoffs. Y eso hicieron: ganaron en el play-in y jugaron una emocionante primera ronda ante unos Suns cada vez más sumidos en su misma desgracia. El 4-2 final a favor de los de Arizona estuvo salpicado de conclusiones positivas para el equipo de un cada vez mejor valorado Willie Green. Y todas las esperanzas se pusieron en el presente curso, con Zion de vuelta y una plantilla capaz, sobre el papel, de aspirar a absolutamente todo en una Conferencia Oeste inoperante y en una NBA que no espera nadie.

McCollum fue la demostración de que los Pelicans estaban aquí. Que la época de Anthony Davis y la resaca posterior a su traspaso había acabado. Las ganas eran las de competir, darlo todo, escalar puestos, vivir el presente y dejar de justificarlo todo en un futuro que nunca llegaba. Pero todavía quedaba una última variable: Zion Williamson. La estrella había pasado más tiempo lesionada que sana; su entorno, esa palabra que se ha puesto tan de moda en la NBA, le situaba fuera de Nueva Orleans. No le gustaba nada de nadie, no atendía a la prensa, era un completo misterio, no transmitía nada y nadie sabía si finalmente iba a forma parte de un proyecto que quería ser pero estaba incompleto sin ese número 1 del draft de 2019, pero que disputó 24 y 61 partidos en sus dos primeras temporadas... y ninguno en la tercera.

Y ahí están los Pelicans: han llegado a liderar el Oeste, van terceros con un récord de 19-12, se gustan, tienen carencias obvias y palpables pero, al mismo tiempo, rezuman talento por sus cuatro costados. Un héroe como José Alvarado, una estrella como Zion, otras dos como McCollum y Brandon Ingram, a un banquillo extenso y un pívot como Jonas Valanciunas que no siempre aprovechan en sus rotaciones interiores pero que tiene una capacidad innata para producir. La victoria contra los Spurs sin Zion (126-117) es una más para unos Pelicans que han conseguido evitar el connato de remontada de un rival que anotó 42 puntos en el último cuarto, pero que se quedó a medias. La franquicia de Nueva Orleans llegó a ganar de 23 puntos, pero perdió 17 balones, los mismos que su rival, en un partido feo y plagado de fallos, pero en el que consiguieron rentabilizar su ventaja al final.

McCollum, el gran héroe sin Zion, se fue a 40 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias, con un14 de 27 en tiros de campo y un 7 de 14 en triples. Jeremy Sochan fue el líder (23+9+6) de unos Spurs que están cerca de lo más hondo del Oeste (10-21) y que siguen sumando derrotas a manos de un Gregg Popovich que ha decidido que su plan de jubilación tras 5 anillos y una carrera de leyenda. En río revuelto pescó Willy Hernangómez, que aprovechó los minutos que Zion suele jugar de pívot: 13 tantos, 7 rebotes y 5 pases a canasta en 22 minutos. El pívot produce siempre que aparece y tiene oportunidad, pero se sigue hundiendo en una rotación en la que se cuenta muy poco con él y mucho con Larry Nance, que acaba muchos finales de partidos en lugar incluso con Valanciunas (16+10 ante los Spurs). Eso sí, siempre que aparece funciona y así tiene que seguir haciéndolo. Al fin y al cabo, es el MVP del último Eurobasket.

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