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Minnesota TimberwolvesMIN
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Finalizado

NBA

Primer aviso de Rob Dillingham

Los Timberwolves ganan a los Lakers en un estreno de pretemporada para ambos equipos sin Edwards, Randle, Lebron y Anthony Davis.

Era pretemporada, de hecho solo el arranque de la pretemporada, y era un partido sin LeBron James, Anthony Davis, Anthony Edwards y el recién llegado (a los Wolves, ya pasó su etapa en L.A.) Julius Randle. Pero también era, con su valor perfectamente condicionado por ese contexto, el primer partido de muchas cosas: el primero de JJ Redick como entrenador (y nueva esperanza oficial) de los Lakers, el primero de Bronny James (que no compartió pista con su padre, veremos mañana en el segundo intento); Y el primero de los Wolves (mandaron siempre y ganaron: 107-124) en la era post Karl-Anthony Towns, uno de los referentes (no siempre para bien) del equipo desde 2015. Nuevos tiempos y la promesa, en un equipo que parte como finalista del Oeste y con aspiración de saltar ese último escalón hacia las Finales, de una profundidad de rotación que, si nos fiamos por este ensayo (hagámoslo, al menos el poquito que merece), sí puede ser un arma importante en el nuevo curso.

Los Wolves dominaron en el primer tiempo contra unos Lakers básicamente sin frontcourt (además de LeBron, faltaban Anthony Davis, los lesionados Jarred Vanderbilt y Christian Wood y el recién llegado Christian Koloko) y que tuvieron que jugar con esos quintetos muy pequeños que el anterior entrandor, Darvin Ham, elegía por gusto para desesperación de muchos aficionados. En el tercer cuarto, una buena presión defensiva de los Lakers convirtió una desventaja de 21 puntos en un 83-84, pero los Wolves volvieron a escapar y controlaron sin problemas el último cuarto.

El quinteto de Chris Finch sí tuvo olor a cosa seria: Conley, DiVincenzo,McDaniels, Reid y Gobert, pero ninguno jugó más de diez minutos. Eso sí, en Minnesota pueden frotarse las manos con lo primero que han visto de DiVincenzo, la razón principal por la que el traspaso de Towns puede acabar (como mínimo) no siendo malo: el escolta siguió donde lo dejó con los Knicks, con los que jugó una segunda parte de temporada fabulosa, y en 10 minutos sumó 11 puntos sin fallo, con un 3/3 en triples.

Pero las mejores noticias llegaron por detrás, en lo que puede acabar configurando la rotación de regular season: Josh Minott (21 años, pick 45 en 2022) jugó un gran partido (22 puntos, 8 rebotes, 9/11 en tiros, 4 triples); Luka Garza (25, pick 52 en 2021) terminó con 20 puntos y 9 rebotes. Y, lo más importante, los rookies dejaron muy buenas sensaciones. Terrence Shannon Jr (pick 27, 24 años) aportó 14 puntos y 5 asistencias; Y, por encima de todo, Rob Dillingham (pick 8, 19 años), anotó 21 puntos con una sucesión de acciones creativas, canastas fabricadas al estilo de lo que esperan en Minnesota del guard de Kentucky, un jugador de techo muy alto, estratégico y por el que escalaron en la noche de draft. Si Dillingham, pese a su escaso 1,85, puede aportar desde otoño movimiento y puntos en la segunda unidad e ir, poco a poco, convirtiéndose en un reemplazo viable para Mike Conley, los Wolves pueden darse por (muy) satisfechos ya que esta era otro de sus planes principales de un verano arriesgado.

En los Lakers jugaron de inicio D’Angelo Russell (14 puntos), Austin Reaves (16, 5 rebotes, 7 asistencia), Rui Hachimura (9+6) y Jaxson Hayes (9+6). Completó el quinteto el escolta fue Max Christie, uno de los jóvenes (21 años) en los que hay puesta mucha esperanza, renovación este verano incluida, porque se considera que Ham no supo sacarle todo el partido como proyecto de 3&D (defensa y tiro). Christie dejó buenas sensaciones (11 puntos), como el rookie Dalton Knetch, que algunos situaba en el top 10 del draft pero que acabó cayendo hasta el 17, donde los Lakers lo recogieron felices. El alero (23 años) demostró su facilidad para anotar, aireó la fluidez de su mecánica de tiro (16 puntos en 13 tiros) y puede tener minutos en la rotación desde el inicio.

Pareció que un veterano como Gabe Vincent está sano tras su pesadilla del curso pasado, casi entero en blanco por un problema de rodilla que nunca se terminó de arreglar y que por fin parece cosa del pasado. Y Bronny James, el hijísimo, debutó sin su padre y con los trazos básicos de lo que se sabe de él: conoce el juego y sabe leerlo, pasa bien y defiende con cabeza y físico (puso 3 tapones), pero tiene obvios problemas a la hora de anotar (2 puntos, 1/6 en tiros). Reddick le echó un capote después del partido: están felices con su progreso, es un chico “al que es muy fácil entrenar” y hay un obvio potencial defensivo al que le falta trecho que recorrer en la otra mitad de la pista.

Sí estuvo bien, y esa puede ser otra noticia interesante para los Lakers, Jalen Hood-Schifino. Una apuesta fuerte del draft de 2023 (pick 17 por delante de Jaime Jaquez, Brandin Podziemski o Cam Whitmore), el base se pasó en el limbo, entre lesiones y una visible falta de confianza, su primera temporada. En este amistoso, sin embargo, pareció dar la razón a las informaciones que apuntan a que ha tenido un verano muy positivo y llega como un guard reseteado, con todavía mucho baloncesto por delante (tiene 21 años): anotó 6 puntos, repartió 6 asistencias y, algo importante para todo el que le viera el pasado curso, no añadió ni una pérdida a su estadística.

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