Atlanta Hawks

POTS, la extraña enfermedad que sufre Porzingis

El letón (30 años y 2,18 metros) acabó la temporada pasada con Boston Celtics con malas sensaciones físicas a las que no encontraba respuesta… hasta ahora.

Trevor Ruszkowski
Licenciado en Periodismo por la Complutense, comenzó en AS en maquetación en 2010. Tras su paso por fútbol, se unió en 2014 a baloncesto. Ha cubierto en directo la Supercopa de 2020, las Copas de 2020 y 2021 y partidos de España de las Ventanas. También el Eurobasket femenino de 2023. Escribió sobre la pandemia de la COVID en el confinamiento.
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Kristaps Porzingis (30 años y 2,18 m) no ha pasado por su mejor momento durante estas dos últimas temporadas. Los eternos problemas físicos que arrastró en su debut con Boston Celtics fueron tapados por la conquista del anillo. Él solo pudo jugar siete partidos en los playoffs, tres en las Finales 2024 frente a Dallas Mavericks.

El año pasado el escenario no cambió drásticamente. El letón disputó solamente 42 partidos de fase regular. Estuvo presente durante la corta postemporada de los Celtics, un total de 11 encuentros, antes de caer eliminados por New York Knicks, y en los que no rindió al máximo por un virus desconocido. “Mi sistema no está perfecto ahora mismo. No funciona de la manera que debería. Hay muchas cosas raras. (…) Es un momento muy frustrante para mí”, aseguró al cerrar la temporada Porzingis, frustrado por desconocer qué era lo que le afectaba.

Sin embargo, ya se ha puesto nombre a su enfermedad: POTS. El síndrome de taquicardia postural ortostática es una afección autonómica que puede aumentar drásticamente la frecuencia cardíaca de un paciente al ponerse de pie en lugar de estar tumbado.

“Los vasos sanguíneos inferiores no se tensan lo suficiente al estar de pie y el corazón late mucho más rápido de lo que debería. Es posible que el cerebro y otros órganos no reciban suficiente sangre, lo que puede provocar desmayos y otros síntomas”, asegura el Instituto Nacional de Salud (INS) de Estados Unidos.

La enfermedad hacía que Porzingis pasara de estar relajado y tranquilo cuando estaba tumbado a ponerse de pie y que su corazón se acelerase hasta 130 latidos por minuto. Un mal que no tiene cura, pero sí tratamiento a través del ejercicio y una dieta basada en beber mucha agua y en aumentar la ingesta de sal para elevar el volumen sanguíneo. La fibra y los carbohidratos ayudan también.

Se desconoce cómo aparece el problema de salud, pero algunos médicos lo asocian en los últimos años al coronavirus. “Se ha observado POTS en pacientes que han tenido COVID-19”, asegura la doctora Cheryl L. McDonald, que ayuda a supervisar los programas de investigación de POTS en el INS. Los vínculos entre POTS y la COVID aún no están claros y los investigadores están trabajando para aprender más. Porzingis pasó esa enfermedad.

Con el diagnóstico y las soluciones sobre la mesa, el báltico ha empezado esta nueva temporada en su nuevo equipo, unos Atlanta Hawks a los que llegó en verano desde Boston Celtics en un traspaso a tres bandas en el que también intervino Brooklyn Nets.

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