LOS ANGELES CLIPPERS

Paul George, el gran deseado

El alero deja correr su ‘player option’, filtra de nuevo su descontento con los Clippers y vuelve a parecer cerca de los Sixers de Joel Embiid.

HARRY HOWAFP

Los Clippers se han pasado la temporada sin poder cerrar un acuerdo de ampliación de contrato con Paul George. Así que, finalmente, ha pasado lo que tenía que acabar pasando, por extraño que pareciera hace unos meses y visto lo visto en las últimas semanas. Es, además, el golpe que puede poner en marcha otros resortes en la agencia libre que abre esta próxima noche, de domingo a lunes en España, en la NBA: George ha rechazado su player option de 48,7 millones de dólares para la próxima temporada y, sin acuerdo alguno de extensión, con los Clippers, será agente libre sin restricciones.

Es una decisión sustancial, que enfrenta a los Clippers a una situación deportiva complicada si, como aseguran las fuentes cercanas al jugador, las negociaciones infructuosas han hecho mella y su cabeza ya no está en Los Ángeles. También es un movimiento que saca de cuadro a los Warriors, que llevan días sonando como un destino plausible para un jugador que ahora es la gran joya del mercado veraniego: en San Francisco, sin espacio salarial para pescar vía agencia libre, necesitaban que George se acogiera a su player option y, como jugador con otra temporada de contrato, pidiera el traspaso a los Clippers.

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La decisión no debería llegar antes del martes porque se habla de reuniones de reclutamiento con Orlando Magic (una opción óptima en lo deportivo pero que no parece la más probable para una estrella del nivel de George), unos Clippers que no se resignan a que se vaya a cambio de nada pero que siguen sin querer ofrecer un contrato máximo completo, el gran punto de insuperable fricción entre ambas partes; Y de los Sixers, un proyecto obligado a rodear a Joel Embiid de jugadores con los que ir a por el anillo y que se preparó durante las últimas ventanas de mercado para tener suficiente margen salarial en esta, la que debería ser de all in.

George tiene 34 años, ha sido nueve veces all star y seis All NBA. La temporada pasada jugó 74 partidos, excelente noticia para un alero lastrado por las lesiones en varios momentos cruciales de su carrera, y promedió más de 22 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias por partido. En su mejor versión, sigue siendo uno de los mejores jugadores de la NBA. Pero la veteranía, las lesiones y su irregularidad (en regular season y sobre todo en playoffs) han hecho que los Clippers hayan evitado comprometerse a darle un máximo de cuatro años y 221 millones. Eso es lo que él quería, siguiendo el ejemplo de un Kawhi que firmó por tres años más y 153 millones en enero (no el máximo, pero cerca).

La realidad del nuevo convenio colectivo

Los Clippers han vivido cinco años de esa pareja Kawhi-George sin un solo viaje a las Finales, y tienen dudas. A pesar de que estrenan pabellón, el lujoso Intuit Dome, y quieren hacerlo con estrellas que atraigan a nuevos aficionados. Y de que no tendrán vías para tapar una posible salida de George con un jugador de un nivel similar por lo apretado de sus cuentas. Si se va, lo haría a cambio de nada un jugador que costó, además, un precio monstruoso: los Clippers dieron por él a los Thunder a Shai Gilgeous-Alexander, uno de los tres últimos finalistas al MVP, Danilo Gallinari, cinco primeras rondas y otras dos por derecho de intercambio.

Ahora, George podrá firmar por cuatro años y 212 millones por otro equipo (de los que tienen margen salarial para llegar ahí), o por 221x4 con unos Clippers a los que también podría sacar una cláusula que le diera (no trade) derecho a vetar cualquier traspaso que no fuera de su gusto durante esos cuatro años. Lo que no puede es firmar con los angelinos por un quinto años extra, como si podría si fuera más joven, por las restricciones contractuales estipuladas para los acuerdos que atraviesan la temporada en la que un jugador cumple 38 años.

Las posturas ahora mismo parecen claras: Paul George quiere los cuatro años completos de contrato máximo. Tanto Magic como Sixers parecen dispuestos a dárselos pero los Clippers no pasan de tres. Y esa cuarta temporada es realmente importante para el alero, lo suficiente como para tire por tierra su voluntad, así era hasta ahora, de seguir en su L.A. natal. Del mismo modo, la franquicia californiana ha tenido meses parar añadir ese año extra a la oferta, así que no hacerlo también parece una decisión inamovible ahora mismo, venga por ello lo que venga.

Los Clippers han tenido a Kawhi y George como identidad en las últimas temporadas, algo que en lo deportivo no ha salido bien. Ahora dudan, por la edad y los problemas con las lesiones de ambos y porque el nuevo convenio colectivo cruje a los gastadores, unas penalizaciones deportivas que ponen freno a lo que antes era vía libre para poner dinero sobre la mesa. La ventaja de tener como propietario a Steve Ballmer, el más rico de todo el deporte profesional estadounidense (su fortuna va más allá de 130.000 millones de dólares). Lawrence Frank, presidente de operaciones, lo ha dejado claro: “Nos encantaría que Paul se quedara, pero entendemos y respetamos también el hecho de que esto es un negocio. Esperamos que quiera quedarse, pero entendemos también las decisiones que pueda tomar. Se ha ganado hacer lo que crea mejor. Esto es un negocio, y la realidad del nuevo convenio impacta mucho a equipos como el nuestro”.

Los Clippers quieren renovar también a James Harden, y en principio no cuentan con Russell Westbrook aunque este, sin una opción mejor en el mercado, se ha acogido a su player option de 4 millones de dólares para el próximo curso. El puzle, en todo caso, quedaría claramente incompleto sin un George cuyo destino es difícil de predecir. Los Sixers llevaban meses sonando como tentación, preparados para darle el máximo y que forme un nuevo big three con Embiid y Tyrese Maxey, pero en los últimos días se había dicho que estaban fuera de esas cuentas, entre otras cosas porque George no quería regresar al Este (empezó su carrera NBA en Indiana Pacers). Ahora la franquicia de Philadelphia vuelve a estar en el foco, junto a unos Magic que hacen de wildcard y unos Clippers que podrían volver a tener la sartén por el mango si, simplemente, aceptan dar el máximo (dinero y años) a un George que, en todo caso, parece disgustado porque su equipo no haya optado por esa oferta hasta ahora. Así que todo puede ser parte de un proceso muy duro de negociación o puede que los puentes ya hayan ardido de verdad y que, realmente, Paul George vaya a cambiar de aires en los próximos días. Si es así, los Sixers vuelven a estar (o eso parece) en la pole position.

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