NBA | LAKERS 114 - KINGS 120

Ni con LeBron ni sin él: no hay milagro en los Lakers

Con LeBron fuera por lesión, los Lakers llegaron al final con el partido muy apretado, pero dos errores consecutivos dieron la victoria a los Kings.

Jayne Kamin-OnceaUSA TODAY Sports

Los Lakers jugaron bien, muy bien en algunos tramos. Pero el resultado volvió a ser el único posible para un equipo a la deriva, una estructura totalmente rota y una plantilla que no da ni para ganar a unos Kings que están encontrando algo parecido a un estilo, pero sufren de cierta mala suerte y no terminan de arrancar (5-6 en este inicio). LeBron James, con problemas en la ingle, fue baja y se perderá, al menos, otro partido (el de los Nets, el próximo lunes). El Rey ya ha filtrado su descontento con el equipo y han sido varios los jugadores que han asegurado que no se puede perder otro año de LeBron (cumplirá 38 al 30 de diciembre). Pero el récord es ya de 2-10 (el peor de la NBA, empatado con los Rockets) y la necesidad de hacer algún cambio en forma de movimiento es brutal y tiene que ocurrir lo antes posible para que las aguas se templen y empiecen a llegar victorias. El tiempo es finito y en la ultracompetitiva Conferencia Oeste, un mal inicio puede condenarte.

Ningún cuarto se decidió por 4 o más puntos menos el último... que los Kings ganaran por 26-33. Una tónica muy típica en unos Lakers muy lejos de la franquicia glamurosa que han sido. El final de los partidos cuando es igualado es realmente desastroso para los angelinos, que chocan ahí con sus poquísimas soluciones en ataque, falta de recursos y una dificultad supina a la hora de anotar triples: 10 de 25 en total, un 40% que mejora el porcentaje de muchas actuaciones, pero un 2 de 8 en el último cuarto. La cara de Darvin Ham era verdaderamente desoladora al final del duelo: Russell Westbrook anotó un triple a poco más de 2 minutos para el final para poner 2 arriba a su equipo (114-112), pero ahí se quedaron los Lakers. Dos tiros libres de Harrison Barnes y 4 puntos seguidos de D’Aaron Fox cerraron un encuentro en el que, en su recta final, fallaron triples Patrick Beverley, Lonnie Walker tras tiempo muerto, Anthony Davis y Austin Reaves por partida doble. En total, 0 de 5 para cerrar el encuentro. Un absoluto desastre.

En ausencia de LeBron, Davis y Westbrook fueron los encargados de liderar a los Lakers: el jugador interior se fue a 24 puntos, 14 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 3 tapones. Pero no pudo ser el revulsivo al final y sigue dando la sensación de que tiene miedo a chocarse con cuerpos voluminosos por miedo a una posible lesión. La estrella todavía asegura que no quiere jugar de pívot y que su físico no es el que era, unas declaraciones extrañas para alguien que parece decirlas como si estuviera más cerca de la retirada que de los 29 años que tiene. Westbrook, en esa versión extrañamente buena que tiene como sexto hombre, tiró mejor de tres que de dos (4 de 7 por 2 de 10). Lonnie Walker y Austin Reaves se repartieron 19 puntos por cabeza y Ham rotó mucho durante la noche, pero no encontró revulsivos en un final en el que, con Davis y Westbrook muy volcados en ataque, todo se volvió muy predecible; y que naufragó cuando empezaron los intentos de tres, bien seleccionados a la hora de querer igualar el partido, pero muy a la desesperada al final.

En los Kings, por su parte, se ven cosas. Mike Brown, un entrenador a la vieja usanza que lideró a los primeros Cavs de LeBron a las Finales de 2007, intenta hacer competitivo al maldito equipo (16 años sin playoffs y sumando), que naufragó con cierta polémica en los dos últimos encuentros pero ha espabilado y se ha llevado ahora una importante victoria. Domantas Sabonis se fue a 21 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias, mientras que D’Aaron Fox fue el héroe y convirtió 32 después de no anotar nada en el primer cuarto, y redondeó su actuación con 7 rechaces, 12 pases a canasta (solo 3 pérdidas) y 2 robos el balón. Kevin Huerter anotó 16 y estuvo muy activo en defensa, mientras que Harrison Barnes se fue a 13. Pero los Kings, con aciertos de Fox en el clutch pero no demasiada elaboración en la parte final, se dedicaron principalmente a dejar que el tiempo pasara y los Lakers cayeran presos de sus propios errores, algo que finalmente ocurrió. En fin, una noche más, un naufragio más. Lo único que ya nadie se sorprende, claro.

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