Monstruoso Brunson: vida extra para los Knicks

Hay vida para los Knicks. Y, con Jalen Brunson de líder, también esperanza. La extraordinaria actuación del base da la victoria en el Madison Square Garden a los neoyorquinos, que consiguen apretar la serie (3-2) y transformar en decisivo el sexto partido, que se disputará en Florida (en la noche del viernes al sábado). Fue un partido precioso que no contó, como excepción, con una actuación sublime de Jimmy Butler. Pero sí con la de Brunson, que demostró que su no inclusión a los Mejores Quintetos de la temporada era un error y que a los neoyorquinos los lideraba él y no Julius Randle, incluido en el Tercero. Algo raro pero que no deja de esconder el talento del playmaker, su capacidad en los dos lados de la pista, su fortaleza de cintura para abajo, el poder que tiene para penetrar y también para generarse sus propios tiros a pesar de su corta altura (1,88). Se ha convertido en el héroe de un Madison que ha vuelto a vibrar. Por, quizá, última vez esta temporada. Veremos.

Y eso que el guion de inicio parecía casi calcado al del resto de victorias de los Heat. Un inicio fuerte, forzando errores rivales, apretando a los exteriores y alejando a Julius Randle de su zona de influencia en ataque, además de buscar permanentemente sus defectos en defensa. La distancia entonces era de 24-14, la máxima que tuvieron los visitantes en el partido. Tras ello, llegó Brunson: 14 puntos en el segundo periodo de los 36 de su equipo. Se acabaron las medias tintas para Tom Thibodeau, que comprendió que no se podía atrincherar en defensa, que ahí tenía la batalla perdida en el colaborativo juego de los Heat y que Erik Spoelstra le estaba ganando así la batalla. Dio rienda suerta a Brunson, que hizo lo que mejor sabe hacer: botar, controlar, dirigir. Y, al mismo tiempo, se intentó ganar el rebote en ambos lados de la pista. Funcionó: los Knicks entraron en trance y los Heat en crisis. Había partido nuevo.

Los Knicks se manejaron entonces y a partir de ahí desde la comodidad de la ventaja. Llegaron a mandar de 19 (73-54 en el tercer periodo) y llegaban con 10 puntos de ventaja al último cuarto (84-74). Un triple de Duncan Robinson (17 tantos, con 5 de 10 desde el exterior) sembraba dudas en el corazón del Madison a todavía 7 minutos del final (95-91). La situación mejoró para los locales primero (98-91), pero empeoró después: 103-100. Partido de una posesión. Final de infarto. Brunson, las acciones de Mitchell Robinson (8+11, muy activo bajo los aros) y los tiros libres de RJ Barret (26+7, buena actuación la suya) cerraron el partido. Los Heat lo tuvieron, pero no concretaron. Y los Knicks salvaron una vida que siempre da buen sabor de boca y permite que la temporada no se de por finalizada por un 4-1 que suele mostrar un esfuerzo insuficiente. Y eso que no siempre lo es.

Brunson finalizó con 38 puntos (12 de 22 en tiros de campo, 4 de 10 en triples y 10 de 12 desde la personal), 9 rebotes y 7 asistencias. Y jugó los 48 minutos, otra vez marca Thibodeau. Bien acompañado de Quentin Grimes en el backourt (8+4+5, con 2 robos, uno de ellos clave al final, y 2 tapones), tuvo una gran aportación de Julius Randle esta vez (24+5+5), en los siempre bien escogidos minutos que le da Tom Thibodeau, que tampoco se atreve (nunca lo ha hecho) a mover en exceso el banquillo (42-8 en tantos ahí para los Heat). En el equipo de Erik Spoelstra, apenas 19 puntos de Jimmy Butler (en casi 43 minutos), 18+8 de Bam Adebayo, 14 de Max Strus (4 de 10 en triples)11de Caleb Martin y un gran Kyle Lowry desde el banquillo (17 tantos con 5 de 10 en triples), que está mostrando un espléndida nivel a pesar de sus 37 años. La serie se traslada al Kaseya Center, donde los Heat tienen un récord de 4-0 en los presentes playoffs. Cuando un equipo se pone 3-1 (así iban los de Florida antes de este encuentro) el balance es de 264-13 en la historia de la NBA. Todo indica que van a ganar los Heat. Lo único que nos falta por descubrir, es si Brunson lo permitirá. Todo un monstruo.