Los Warriors rompen el anhelo olímpico de Wiggins

Andrew Wiggins no ha sido un personaje enormemente participativo con su selección nacional durante la última década, en la que el país norteamericano ha tenido que tirar de un grueso de jugadores de clubes europeos para disputar los torneos veraniegos. Sí había entrado, sin embargo, en la idea de los Juegos de París dada la indudable calidad que atesora en sus manos.

El alero había sido incluido en la lista de Canadá para la gira de preparación de cara a la cita olímpica. Ellos no tienen que pasar por un torneo previo, tienen asegurada la plaza que se ganaron en el pasado Mundial al colgarse su medalla de bronce.

Jordi Fernández se ha referido en las últimas horas a la baja de Wiggins en la concentración de los americanos, la selección de la que él se hizo cargo antes de asumir este verano el trabajo de entrenador principal de Brooklyn Nets. “Lo siento por él porque sé que quería estar aquí. Nada de esto está en nuestras manos. No nos gusta, pero debemos respetarlo y pensar en lo que viene”, dijo el preparador español, que en la Copa del Mundo llegó y besó el santo con una selección de enormes posibilidades pero decepcionante historial. Andrew fue uno de los que renovó cuando los Warriors ganaron el Anillo hace dos años; cobrará 26 millones de dólares el próximo curso y tiene otros dos asegurados por contrato a razón de 58 millones, pero esa seguridad es sólo para el jugador y no para su equipo.

La franquicia californiana mantiene a Wiggins como una de las piezas que se podrían mover en el mercado estival. Otra es Chris Paul. En previsión de que eso pueda ocurrir, los Warriors quieren evitar una lesión que tire al traste un intercambio.

Golden State ha ido despidiendo a algunos de los héroes que consiguieron el último campeonato que reina en sus vitrinas. Jordan Poole, Gary Payton o, sobre todo, Klay Thompson, son algunos de los más significativos. En el último tramo de la carrera de Curry quieren exprimir sus posibilidades de luchar por algo importante en una difícil Conferencia Oeste, como se demuestra aquí.

El que fuera número uno de su promoción en 2014, con un paso extenso por Minnesota Timberwolves antes de probar -y de forma acertada- con los Warriors, cumplió ya su sueño de ser campeón y tiene una seguridad financiera, por lo que esta vez sí quería probar suerte con la selección nacional y más en unos Juegos Olímpicos, con lo que eso supone. A sus 29 años, y después de uno con problemas personales y en el que con 13,2 puntos y 1,7 asistencias ha bajado en promedios a mínimos históricos, entraba en los planes de Canadá. Fernández le había llamado junto a Murray, otra arma más en el arsenal, y los Barrett, Olynyk, Brooks, Dort o Shai Gilgeous-Alexander, pero el sueño olímpico se esfuma. Kerr y sus hombres no quieren ver comprometido un posible traspaso en el que él estuviera involucrado.

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