Los Thunder resetean la cuenta

El deporte tiene momentos en los que sucede lo imposible, lo que nadie espera. De los que después se recuerdan y sobre los que se escribe con admiración y ese tipo de incredulidad que deja bocas abiertas. Pero también tiene muchos días que son todo lo contrario. En los que pasa exactamente lo que tiene que pasar como si el guion estuviera escrito antes de empezar. El Thunder-Clippers (122-101) entró de lleno en esa segunda categoría: un día más en la oficina. Sin muchas noticias, la noticia fue que los Thunder volvieron a ganar cinco días después de su derrota en Las Vegas, contra los Spurs. La segunda de la temporada. Reseteada la cuenta después de 16 victorias seguidas, están ahora 25-2. El quinto equipo que llega con esa marca al partido 27 de una temporada.

Van dos enfrentamientos entre Thunder Clippers, estos Clippers de la triste figura, y es un obvio 2-0 con similitudes formales: en el primero, los angelinos tuvieron ventajas de hasta 13 puntos antes de que los Thunder se pusieran serios y llegaran a ganar por 25. Esta vez, las ventajas iniciales fueron de 11 y la máxima de los de OKC, otra vez de 25. Es, por lo demás, un partido con una significación obvia: en 2019 los Clippers traspasaron a los Thunder a Shagi Gilgeous-Alexander y un lote de picks del que salió, entre otros, Jalen Williams a cambio de Paul George. Los de OKC son campeones y Shai es MVP; los Clippers en estos seis años no tienen más bagaje que una final del Oeste y Paul George está en Philadelphia.

Uno de los peores traspasos de la historia, eso sí, todavía no ha escrito su última página, un cierre que puede ser el último clavo en el ataúd de este proyecto clipper que es un zombi, un muerto viviente suelto por las canchas NBA: su pick de primera ronda, en un draft que es de los más alabados de los últimos años, es de los Thunder. Y apunta al top 3. Ahora mismo solo hay dos equipos peores en la NBA que estos Clippers (6-21) cuya dinámica es, además, penosa: cinco derrotas seguidas, diez en once partidos, 3-19 desde la noche de Halloween. Cuando, después lo hemos sabido, Chris Paul organizó una fiesta de confraternización a la que fueron muy pocos compañeros. El base ahora está apartado, en un cierre triste para una carrera prodigiosa.

Así que este partido era un cruce de caminos en el que, insisto, pasó lo que tenía que pasar. Los Thunder salieron despistados, como un equipo que llevaba casi una semana sin jugar (lo que eran), y dejaron que se divirtieran un ratito unos Clippers que siguen sin Derrick Jones Jr y que esta vez tampoco tenían a James Harden por problemas en un gemelo, la lesión que (cosas del ritmo y estilo modernos, cada vez tienen más claro los médicos) se ha convertido en plaga en la NBA actual. A partir del segundo cuarto (76-50 entre ese y el tercero) los locales se pusieron manos a la obra, lo justo. Shai se sumó a un Chet Holmgren que había sido el más activo de inicio (18 de sus 22 puntos en la primera parte) y la defensa subió las revoluciones, sobre todo con la entrada de Alex Caruso y ese Ajay Mitchell que está en campaña por ser Mejor Sexto Hombre (esta vez, 16 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias). En cuanto los Thunder se centraron, ya no hubo partido.

Shai (19 puntos en el tercer parcial) acabó con 32 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias en menos de 30 minutos. El decimocuarto partido en el que no tuvo ni que pisar la pista en el último cuarto, un dato que explica mejor que ningún otro la superioridad que ya es norma de la casa en un equipo que va camino de firmar una de las mejores regular season de la historia. Veremos si la mejor. Habituado a provocar muchos errores en el rival y contra un equipo que tiene como norma dispararse en el pie, la diferencia fue estruendosa en pérdidas (9-29) y puntos generados a través de ellas (38-17). Una barbaridad. Cason Wallace apiló 5 robos y sigue con su campaña para ser Defensor del Año. Los Thunder, si se ponen a ello, pueden acaparar todos los premios individuales. Es una de esas temporadas.

Los Clippers pueden seguir filtrando que Steve Ballmer no quiere tocar el núcleo duro y mantendrán los mensajes optimistas para, entre otras cosas, intentar que no se devalúen por completo los jugadores (casi todos a la hora de la verdad, suponemos) que están en un mercado que se cerrará el 5 de febrero. El caso es que después de catorce años, la mejor racha activa en la NBA, sin caer por debajo del 50%, este es el año del naufragio definitivo, del desastre sin matices ni asteriscos. Con la primera ronda de draft en manos de los Thunder y pendientes de una sanción que podría (¿debería?) ser monumental (veremos) por los supuestos manejos para pagar a escondidas a Kawhi Leonard. Una temporada horrible, en caída libre, sin nada que anime el futuro y con, todavía, otro partido más por delante contra estos Thunder del, ahora mismo 25-2. Glups.

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