NBA | MAGIC 127 - ROCKETS 134

Los Rockets sufren a Banchero para terminar ganando

La sensación Paolo Banchero no fue suficiente para los Magic. Los Rockets, por su lado, despiertan en la NBA. Segunda victoria para los texanos.

Douglas P. DeFeliceAFP

Son pocos brotes verdes los que hay en Houston. Haberlos, haylos. Aunque se dejen ver con cuentagotas. Sengun (20) parece haber encontrado el sitio como titular que se esperaba para él, Gordon (19) ha mejorado su forma, Green (34) va campante por la pista, Porter (17) es una ayuda exterior de calidad inexcusable y, además, se empieza a hacer camino con el español Garuba, una de las incógnitas después del EuroBasket y de las vagas ideas que tenía Silas para él. En la prueba de la visita a Orlando el ala-pívot tuvo que bailar con la más fea, el italoamericano Paolo Banchero (número uno del Draft 2022), y le tocó sufrir para aprender. No sería esto nada reseñable, además de para loar los 30 puntos del jugador de los Magic y el mate que hizo sobre el de Azuqueca en una penetración, si no fuera para añadir que Usman está enlazando partidos con buena presencia en la cancha. Estos 19 minutos del Amway Center, con sólo cuatro suplentes más en su equipo, son oro sabiendo que sirvieron para un triunfo. Los Rockets se colocan con un balance aún malo, 2-9, pero estirando su sonrisa después de firmar un 127-134 en el que se ven buenas noticias allá donde mires.

Movía mejor el balón Houston en la primera mitad y en la misma también iba ganando la confianza que a través de los pases iban generando sus jugadores. Fueron de tiros exteriores con posiciones poco ventajosas a la evolución natural de dejar solo a uno para que ejecutara. Jalen Green fue un jugador que ejemplificó esto. Crece en este segundo año. Algo más le falta a Jabari Smith, el prometedor novato de este año y con el que tuvo algún roce al empezar, que aún no está al nivel que de él se espera. Garuba fue invitado al baile de Banchero, que generaba en solitario, y también fue superó un primer escollo viral para ir entrando en la dinámica del equipo y acabar la noche con tres puntos, seis rebotes y dos asistencias que sí que cuentan.

La clave, o una de ellas, estuvo en el tiro de tres puntos. Teniendo los Magic un fabuloso porcentaje, un 48% de acierto, fue poquísimo si lo ponemos en comparación con el de los Rockets. 24 metidos en 48 intentos, una barbaridad. “No los vamos a meter todas las noches, pero al menos creamos oportunidades para los compañeros que están solos”, dijo Stephen Silas al terminar. Se aparecieron por una noche los Rockets de D’Antoni, aquellos del 3+D en el que James Harden era el rey de la NBA y jugaba para ellos, y vale para cargarse una racha de seis derrotas seguidas y para conseguir la primera victoria fuera de casa.

Igualado hasta casi el final fue este enfrentamiento. Wagner, el joven de los errores invisibles, fue haciendo camino junto a Carter, Bamba o el veterano suplente Terrence Ross en la segunda mitad. Se estaban yendo los Rockets, en el tercero llegaron a tener dieciséis de ventaja tras un mate del destacado Kenyon Martin. Con un par de acciones en las que sumaron de tres en tres y la demostración de que Bamba vale arriba y abajo, con una bandeja que llegó tras un tapón, se pusieron a tres puntos los Magic cuando aún restaban casi diez minutos de velada. Pero hasta ahí les llegó el aire. Los pases de Porter, Green o el propio Garuba ayudaban a desatascar y con ello los Rockets pudieron amasar la nueva ventaja que les valió para ganar.

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