Los Lakers se quedan secos

Al final, los Lakers se quedaron sin argumentos. Era lo que todo el mundo sabía que iba a pasar y lo que finalmente pasó: sin LeBron James y Anthony Davis, este equipo no puede ganar a uno simplemente mejor. Y aguantó cada hasta casi el final: 85-82 abajo a la conclusión del tercer cuarto, 85-84 nada más empezar el definitivo... y 100-87 cuatro minutos después. Ahí se cayeron los Lakers, que cedieron ante una lógica que se impuso y un talento que era mayor. Y remaron para morir en la orilla, después de remontar un desastroso primer periodo (29-16) y de tirar de coraje y pundonor. Eso no se le puede reprochar a los angelinos, que siempre compiten y lo intentan, nunca se dejan ir e intentan hacerlo bien en todos los partidos por mucho que las circunstancias no sean las ideales y los esperados movimientos no lleguen, más allá de Rui Hachimura. ¿Vendrán más? Los Lakers necesitan más, eso es obvio.

El partido contra los Nets, con las bajas con las que los Lakers lo afrontaban, era directamente impensable de ganar. Se intentaron a hacer fuertes en el barro, en las trincheras. En el rebote, la pelea en la zona, la fuerza interior, la resistencia a los golpes. Pero no hay manera de que eso funcione si no se mete un lanzamiento: los Lakers se quedaron en un 39% en tiros de campo, por debajo del 38% en triples e intentaron 37 tiros libres de los que fallaron 14. Nada funcionó en el equipo angelino, siempre a tirones, ligeramente funcional cuando se trataba de ahogar al rival a base de insistencia física, pero imposible de mantener una constancia en el acierto como para dar problemas a unos Nets que simplemente esperaron a que los angelinos se cayeran por su propio peso. Y, al final, aunque se amagara tímidamente con el milagro, eso ocurrió.

Con Rui Hachimura de titular, el japonés se fue a 16 puntos, con Thomas Bryant, el único regular en el tiro (7 de 8), en 18+9. Troy Brown fue la ejemplificación de lo que quisieron hacer los Lakers: 11+17+4, pero sin suerte para los suyos. Y Russell Westbrook tuvo otro partido con números desde el banquillo (17+8+10), pero sumó 6 pérdidas dentro de su inconstancia habitual. 13 de Lonnie Walker, 11 de Wendell Gabriel... pero muchos problemas y apenas soluciones cuando las grandes estrellas están en el dique seco. LeBron, por cierto, está también con otras cosas en la cabeza: está a 117 puntos de Kareem Abdul-Jabbar para superarle en la tabla de máximos anotadores de la historia y convertirse en el más grande de esa lista. Todo apunta a que lo conseguirá la semana que viene, pero su ausencia en Brooklyn, después de un día de descanso, apunta a algunas molestias físicas que ya veremos cuáles son. De momento, sigue su pelea ante el tiempo y la historia. Una lucha que parece que nunca se va a acabar.

En los Nets, el mejor fue un Kyrie Irving que tras sus líos iniciales a principio de temporada, parece más centrado que en mucho tiempo. 26 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias, 4-7 para los Nets desde la ausencia de Kevin Durant y 31-19 en total, en el cuarto puesto de la Conferencia Este. Y 6+12+3 de Nic Claxton, 21 de Cam Thomas, otros 21 de Patty Mills (con 4 de 7 en triples), 8+14+3 de Day’Ron Sharpe... Un poco de todo para un equipo que sigue haciendo un ejercicio de redención meritorio y que, con la vuelta de Durant, pueden volver a ser unos de los candidatos a, al menos, dar problemas a los todopoderosos Celtics y a los siempre candidatos Bucks en la Conferencia Este. Desde luego, en las antípodas de los Lakers, que se hunden un poco en el Oeste, se ponen 23-28, vuelven a perder tras el tremendo terremoto que causó la actuación arbitral en el Garden, y se quedan ya a 2,5 victorias del play-in y a 3,5 del acceso directo a los playoffs. Siguen en la pelea, pero un poco más lejos. En otra palabra: problemas.