Saltan las alarmas en los Clippers: Kawhi, lesionado

En algún momento la historia se iba a acabar. Y en lo referente a los Clippers eso todavía no ha pasado, pero los síntomas de desgaste son cada vez más evidentes. Ante los Timberwolves (100-118), han sumado su segunda derrota consecutiva, la octava en los últimos 15 partidos, lo que les mete de lleno en la irregularidad más grande. Y les aleja, por lo tanto, de ese primer puesto de la Conferencia Oeste al que optaban hace un par de semanas y al que habían llegado disputando a un nivel extraordinario la parte intermedia de la temporada. Eso ya se acabó: el tirón de Thunder, Wolves y Nuggets, los vigentes campeones que están demostrando por qué lo son, ha sido demasiado para un equipo que además es mayor. Kawhi Leonard, que de nuevo ha caído lesionado, va camino de los 33 años, Paul George de los 34 y James Harden de los 35, los mismos que tiene Russell Westbrook, que hasta noviembre no cumplirá 36. Pero no es sólo una cuestión de edad, ya que estamos viendo a jugadores más viejos rendir a mejor nivel. No, en el caso de los Clippers también es el historial. Y eso es algo contra lo que es muy difícil luchar. Ya que está ahí por algo y tiene, claro, sus consecuencias.

Y es que el trío principal del equipo angelino, el que juega de titular, ha estado muy castigado por las lesiones y los problemas físicos constantes. Especialmente Kawhi (que ha caído de nuevo) y Paul George, que van de la mano de esta variable. Algo menos Harden, que sin embargo ha sido permanentemente famoso por su afición a los clubes nocturnos y su poco compromiso en los entrenamientos. En las últimas semanas ha sido curiosamente Russell Westbrook, el más sano de todos, el que ha entrado en el dique seco. En el caso de los otros tres, la situación no es de extrañar: George y Kawhi no disputaban tantos partidos en una sola temporada desde hacía tiempo (el primero desde 2019 y el segundo desde 2020) y el cansancio se ha transformado en agotamiento, lo que se nota en la explosividad, el acierto en el lanzamiento y la capacidad de resiliencia. La historia de Harden es casi una maldición, que se une a la de una franquicia que tampoco está exenta de esa etiqueta. Asume mucho balón, entrena poco, juega mucho y acaba enormemente fatigado las temporadas, más a medida que se hace más mayor.

Por eso la derrota ante los Wolves no sorprende: empezaron el primer cuarto 34-21 ante un equipo sin Karl-Anthony Towns, llegaron a ir 22 puntos arriba... y luego, a ir perdiendo de 22. En la segunda mitad apenas anotaron 37 puntos, mientras que recibieron 63. Y recibieron 27 tantos en transición perdiendo 18 balones, unas cifras que condenaron a una plantilla a la que le fallan las piernas y llega exhausta a los finales de los partidos. Que tiene, además, muchos problemas contra equipos por encima del 50% de victorias y en finales ajustados, donde no son capaces de reaccionar, no por talento pero sí por físico. Y ya han sufrido remontadas así, como la que protagonizaron los Lakers en un partido que tenían perdido y ganaron por la incapacidad de reacción local. Y por LeBron James, claro. Un cúmulo de cosas que se están convirtiendo en un denominador común en un equipo conformado para ganar el anillo, pero cuyas estrellas tienen que enfrentarse a series a siete partidos, ya veremos en qué tipo de feudos, con el desgaste que eso supone, los viajes y la igualdad. Lo que peor se les da es de lo que más hay en playoffs. Cosas que pasan.

Anthony Edwards, con 37 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias, fue el mejor del partido, mientras que Mike Conley llegó a 23. Eso sí, el factor diferencial fue la sorprendente actuación de Nickeil Alexander-Walker, que sumó 28 con 5 de 6 en triples. Rudy Gobert, por su parte, logró 8, con 11 rebotes, en la zona. Y en los Clippers, poca cosa: sin Westbrook (parece mentira) han perdido punch en la segunda unidad y el peso recae más todavía en los titulares con todo lo que eso supone. George se quedó en 22 tantos y Harden en apenas 12, con 4 pérdidas y un -15 con él en pista, dando muestras que su desgaste es cada vez más grande y de que su capacidad de reacción cuando su equipo va por detrás es mínima. Pero el problema estuvo en una nueva lesión de Kawhi: los Clippers han asegurado que el problema está en la espalda, donde ya arrastraba molestias en los dos últimos encuentros, y no en la rodilla; todo ello, a pesar de que parece que cae mal sobre ella. La realidad es que la imagen de Leonard yéndose al túnel de vestuarios tras 12 minutos disputados (llevaba 6 puntos) es muy preocupante. Y llega a mediados de marzo, a apenas un mes de los playoffs y con la entidad más necesitada que nunca del que se suponía que iba a ser su jugador franquicia desde 2019, cuando abandonó los Raptors para llevar al hermano malo de Los Ángeles al sueño del anillo. De momento, unas finales de Conferencia (en 2021) han sido el tope. En ellas, Kawhi también se lesionó. Otra vez, toda una maldición.