Locura total: los Wolves sobreviven a 60 puntos de Fox

El partido celebrado en el Golden 1 Center, antiguo Arco Arena, de Sacramento, California, mareó la estadística. Y tuvo de todo: un ritmo frenético, una anotación muy alta y dos finales en dos momentos distintos, uno en el tiempo reglamentario y otro en la prórroga. En el primero no hubo canastas en los últimos 39 segundos, después de que De’Aaron Fox anotara y pusiera las tablas en el marcador. En el segundo, los locales estuvieron 1:15 sin convertir puntos: el mencionado base empataba el choque con un triple espectacular, pero sendas canastas de Julius Randle y Anthony Edwards, unidas a las dificultades para convertir más puntos por parte de los exhaustos Kings, decidieron el partido. Uno muy propio del baloncesto de ahora: con mucho lanzamiento exterior, carreras constantes, piernas fuertes, poca defensa y mucho ataque, ocho cambios de liderato en el marcador y nueve empates y ventajas de hasta 20 puntos (distancia que llegaron a coger los Timberwolves) enterradas en exhibiciones anotadoras que volvían a poner la igualdad en menos de lo que dura un parpadeo. Es lo que tiene la actualidad: o estás o no estás. No hay más opción.

Más allá del resultado final, uno que sirve a los Wolves para coger algo de aire en un inicio de temporada tumultuoso (7-6), lo más importante fue la exhibición anotadora del propio Fox, la mayor de la temporada. El talentoso base se fue a 60 puntos, superando los 59 que hace dos días logró Giannis Antetokounmpo (en un partido en el que también hubo prórroga) y siendo el principal protagonista de una remontada inacabada, fraguada por un parcial de 33-17 en el periodo final que dio paso a una prórroga que confirmó que los Kings (también 7-6) remaron para morir en la orilla. El base fraguó su exhibición con, claro, una serie de lanzamiento espectacular: 22 de 35 en tiros de campo, 6 de 10 en triples y 10 de 11 en tiros libres, además de 3 rebotes, 7 asistencias y 3 robos, con 6 pérdidas enterradas entre semejante cuadro estadístico. Fox anotó 20 de los 33 tantos de su equipo en el último cuarto y 6 en la prórroga, pero su esfuerzo (disputó más de 44 minutos totales) se quedó en nada a pesar de todo. También cosas de la NBA actual, en la que hay cabida para este tipo de extravagancias (en su connotación más positiva) sin premio.

Fox estuvo acompañado de los 23 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias de Domantas Sabonis y los 14 de Keegan Murray. Pero nadie más logró pasar de la decena de puntos en un equipo en el que el protagonismo fue casi obligado para el de siempre, que se echó a la espalda a sus compañeros al ver la apatía impropia de una plantilla ofensiva que estaba sin fuerzas en las piernas ni acierto en el triple: 12 de 37 al final, 6 de 27 si quitamos los aciertos de Fox. Las rotaciones de Mike Brown y los diversos intentos de probar cosas distintas no funcionaron, por lo que se encomendaron a un base que, además, consigue la máxima anotación de su carrera deportiva, superando los 44 tantos que había anotado hasta en tres ocasiones, la última de ellas el pasado mes de marzo ante los Lakers. Los Kings quedaron terceros de la Conferencia Oeste hace dos temporadas y acabaron con una sequía de 16 años sin playoffs, la más larga del deporte estadounidense. Pero desde entonces se han quedado por el camino, luchan por evitar el play in y están inmersos en el enorme atasco que es casi una tradición en la parte media de la tabla de una NBA con muchos candidatos a meterse en playoffs, pero pocos para ganar el anillo.

Los Wolves, por su parte, respiran. Y mucho. La victoria es una bombona de oxígeno y el hecho de ponerse en positivo ya es toda una hazaña si tenemos en cuenta los problemas defensivos constantes que tienen desde la llegada de Julius Randle, que llegó procedente de los Knicks en el traspaso en el que Karl-Anthony Towns ponía rumbo a la Gran Manzana. Las piezas no encajan, pero las victorias existen, aunque sea a cuentagotas, con mucho esfuerzo y a trompicones. Anthony Edwards fue el mejor con 36 puntos, 14 de 27 en tiros de campo, 6 de 14 en triples y 2 de 2 en tiros libres, además de una suspensión que sirvió para sentencial el encuentro. Julius Randle, con 26, lo hizo bien en ataque y mal en defensa. Mientras que Mike Conley, con 37 años y muchísimos problemas ante Fox, se las arregló para llegar a los 14, los mismos que Jaden McDanields, que además aportó 6 rebotes, 3 asistencias y 3 robos de balón. Rudy Gobert, por su parte, se fue a 11 tantos y 11 rechaces, a lo que añadió 3 tapones, pero sin brillo, algo muy habitual en él. Y Naz Reid aportó 16 desde el banquillo. El partido controlado fue un espejismo y la remontada un intento no consumado por parte de los locales. Al final, la victoria fue para el que menos falló y más la mereció. A pesar de los 60 puntos de Fox.

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