NBA | MAVERICKS 121 - TIMBERWOLVES 124

Kidd: “¿La defensa? La gente no quiere ver un 80-80″

El técnico de los Mavericks no quiere mostrar preocupación a pesar de que las sensaciones defensivas son muy malas en los primeros partidos de Doncic y Kyrie juntos.

Christian PetersenAFP

Kyrie Irving ha jugado cuatro partidos con Dallas Mavericks. El balance del equipo texano con él es 2-2, con una sensación extraña: dos victorias en dos exigentes partidos a domicilio, contra Clippers y Kings, en ambos casos sin Luka Doncic a su lado. Y dos derrotas ya con Doncic, primero en la repetición del duelo en Sacramento y, finalmente, en el estreno de la nueva estrella en un rugiente American Airlines Center que lo recibió con los aficionados puestos en pie. Los Timberwolves, que parecían una víctima propicia para que Kyrie y Doncic sumaran su primer triunfo juntos, llegaron a mandar por 26 puntos en el tercer cuarto. Y aguantaron la embestida final de Kyrie (26 puntos y 11/12 en tiros en el último parcial, 36 en total) con una última posesión en la que Doncic y el recién llegado se buscaron continuamente si encontrar un tiro que habría forzado la prórroga (121-124 final, remontada no consumada).

Doncic y Kyrie están anotando mucho, pero el ataque por ahora no es algo bonito de ver más allá de acciones puntuales. Parece lógico dentro de lo que tiene que ser un proceso de ajuste y adaptación. De aprendizaje. Solo con Kyrie en pista, los Mavs mantuvieron su personalidad de los últimos años, con un base/estrella dominador y secundarios haciendo el resto del trabajo. En su nueva versión, Kyrie se ha pasado más de la mitad de los partidos constreñido por las reglas de Doncic, el formato en el que todo pasa por el esloveno, y explota en el tramo final, una suerte de turnismo que tendrá que ajustar Jason Kidd. El riesgo es que no haya arañazos en la química dentro del equipo, y más si se tiene en cuenta lo volátil que es el carácter de Kyrie, lo complicada que es su situación contractual mientras sigue encaminado a la agencia libre en verano y la obvia jerarquía que ha tenido hasta ahora Doncic en la franquicia. Kyrie, por cierto, ya se ha mostrado disgustado por las preguntas sobre su futuro mientras siguen los rumores de cara a la próxima temporada: Lakers, Suns...

Pero el gran problema, lo que puede ser más estructural y menos coyuntural está en el otro lado de la pista, en la defensa. Los Mavs tuvieron la sexta mejor defensa por rating de la pasada temporada, cuando acabaron sorprendiendo a todo el mundo y colándose en la final del Oeste. En esta temporada, están en el la posición 23, entre las ocho peores del campeonato. El paso atrás ya había sido obvio antes de traspasar a un jugador esencial en el apartado defensivo, Dorian Finney-Smith. La ausencia por lesión de Maxi Kleber echa sal en la herida casi cada noche. Contra los Wolves, la remontada del último cuarto se intentó sin pívots. Ni Dwight Powell, ni JaVale McGee ni un Christian Wood que es un coladero atrás y sigue sin tener más minutos por ello, haga lo que haga en ataque y también en una situación comprometida porque acaba contrato en verano. En los últimos tres partidos, los Mavs han recibido una media de 124 puntos.

El sábado, los Kings (con prórroga) anotaron 74 puntos en la zona de los Mavs. Ayer los Wolves sumaron 64. Lanzaron el 37% de sus tiros en el aro rival y anotaron el 86% de ellos (23/26). Y repartieron 28 asistencias contra un rival ahora mismo sin identidad defensiva, perdido. Lento, demasiado conservador como para provocar disrupciones en el rival, sin protección en el aro y obligado a hacer faltas de forma constante. En el descanso (54-65) los Wolves llevaban 40 puntos en la pintura y entre Rudy Gobert y Jaden McDaniels no habían fallado ni un tiro de campo (11/11). Esa facilidad para sumar puntos sencillos condujo a un 60% en tiros totales para el equipo visitante.

Seguramente para ganar tiempo, o porque ha visto que el equipo está en el punto en el que está, el entrenador Jason Kidd mandó un mensaje después del partido que no convencerá a todos los aficionados de los Mavs: “No, la defensa interior no me parece que sea un problema. Estamos aquí para meter más puntos que el otro equipo. La gente viene a ver canastas, no partidos que acaban 80-80. Estamos aquí para anotar, así es la nueva NBA. La defensa interior… lo arreglaremos. Uno de nuestros especialistas, Maxi Kleber, está fuera por lesión. Creemos que después del parón del All Star ya podrá jugar. En el último cuarto fuimos competitivos con quintetos muy pequeños. La defensa interior es cuestión de voluntad y deseo. Somos un equipo ofensivo que puede meter muchísimos puntos. Les dejamos irse por más de 20 puntos y conseguimos llevar la resolución del partido a la última posesión”.

En dos partidos juntos, Doncic promedia 30 puntos y Kyrie Irving, 32. Pero los Mavs han perdido los dos por un total de ocho puntos. Las victorias llegarán, seguro. Pero para que la cosa funcione en playoffs, cuando los rivales se ponen serios de verdad, va a hacer falta que la defensa sea mejor. Mucho mejor. Por ahora, parece que va a llegar vía buyout Justin Holiday. Un parche, claro, pero cualquier cosa va a ser una ayuda.

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