NBA

Jalen Williams pierde 47 millones de dólares por su lesión y una regla absurda

El alero ya se ha perdido 18 partidos esta temporada; no podrá disputar los 65 requeridos para optar a premios individuales y selecciones ‘All NBA’.

MATTHEW STOCKMAN | AFP
Actualizado a

A pesar de que Oklahoma City Thunder ha empezado la temporada con uno de los mejores comienzos de la historia de la NBA, su segunda mayor estrella, Jalen Williams, aún no ha vuelto a la pista tras 18 partidos. El alero continúa recuperándose de una cirugía en la muñeca, y parece que su equipo, al menos por ahora, no le necesita. Tampoco a Williams le urge jugar; sus compañeros están haciendo todo el trabajo por él. La situación colectiva es inmejorable, sin embargo, en el apartado individual, esta auscencia prologada le va a costar mucho, pero que mucho dinero al joven alero: hasta 47 millones de dólares.

Para entender por qué va a perder tanto dinero, hace falta conocer una regla contractual de la liga. Williams acaba de completar su tercera temporada en la NBA, y al haber sido seleccionado en la primera ronda del draft, este verano podía firmar una extensión de contrato y ganar hasta un 25% del límite salarial del equipo. Dicho y hecho; renovó por cinco años y un total de 240 millones de dólares.

Gracias a la regla Derrick Rose, si un jugador con estas características ha sido seleccionado para un equipo All NBA o ha ganado el premio al Jugador Defensivo del Año en dos de las tres temporadas anteriores, puede ganar hasta el 30% del tope salarial, una subida del 5% respecto al 25% inicial. Si dicho jugador aún no es elegible para este aumento (como es el caso de Jalen Williams) puede firmar un contrato que incluya incrementos salariales a futuro. Esto es lo que hizo Evan Mobley después de su tercera campaña; fue elegido como Jugador Defensivo del Año en su cuarta temporada y su contrato incluyó ese aumento; 45 millones extra con los que el ala-pívot se cubrió de oro.

Si Jalen Williams fuera seleccionado para el tercer equipo All NBA esta temporada, su tope individual aumentaría al ​​26% del espacio salarial. Una selección dentro segundo mejor quinteto lo habría incrementado al 27%, y si perteneciera al mejor quinteto de la NBA o fuera nombrado MVP o Jugador Defensivo del Año, lo hubiera elevado al 30%; su contrato acutal hubiera aumentado hasta los 287 millones de dólares. Sin embargo, a estas alturas de la temporada, ya es imposible que reciba este aumento. El máximo de partidos que puede jugar en caso de volver para el próximo serían 64. Hace ya dos temporadas, la NBA estableció un mínimo de 65 partidos para optar a los premios individuales más importantes; el posible extra de su contrato acaba de desaparecer.

La vuelta de tuerca que tiene esta norma se hace más visible porque, a pesar de que no lo puede hacer esta temporada, Jalen Williams ya fue All NBA la temporada pasada, como parte del tercer mejor quinteto de la liga. Simplemente lo hizo un año antes de tiempo. Si se hubiera perdido estos partidos hace un año y hubiera empezado esta campaña sano, podría aprovechar el aumento al 26%. Lo único que importa es el orden; algo absurdo y carente de lógica racional, pero incluido dentro de la normativa de forma irrefutable.

Para que un novato se pueda beneficiar de la regla Rose al firmar su primer contrato, tendría que ser All NBA tanto en su segunda como en su tercera temporada; El único jugador que lo ha logrado es Luka Doncic. Todos los demás jugadores que se han beneficiado de la regla, salvo el propio Derrick Rose, quien la inspiró, lo han hecho gracias a su rendimiento en la cuarta temporada. Williams se confundió de año; aún siendo mejor de lo que pide la norma, acabó sin beneficiarse monetariamente de ello. Algo exactamente igual le ocurrió a Jayson Tatum, quien fue seleccionado dentro del tercer equipo All NBA en su tercera temporada pero no lo fue en la cuarta; un mal año le dejó sin un aumento de 33 millones.

Las consecuencias de este caso no se quedan en la pérdida de Williams, que a pesar de no ganar 47 millones, seguirá cobrando 240; no le faltará para comer. El verdadero ganador de este acontecimiento fortuito son los propios Thunder, lo que afecta a la NBA en conjunto. El resto de la liga indudablemente preferiría que el núcleo Shai-Williams-Chet fuera lo más caro posible para que Sam Presti se viera obligado a tomar decisiones difíciles respecto al resto de la plantilla. Así se caen las dinastías; el espacio salarial es demasiado exigente y se cambian piezas en movimientos que acaban resultando más importantes de lo esperado. Sin embargo, en esta ocasión, Oklahoma tendrá casi 50 millones más de tranquilidad salarial.

Una vez más, la moneda cae a favor de los Thunder. La gestión de Presti es intachable, y las recompensas aún no se han terminado; si los Clippers, Jazz y Sixers se quedan fuera de los playoffs, Oklahoma contará con tres picks dentro de la lotería del draft de 2026. Tres elecciones dentro de las 14 primeras con las que un equipo que ya ha ganado (y que puede perfectamente volver a hacerlo) tendría todas las papeletas para convertirse en una dinastía. Una temporada que parecía inmejorable se está superando. Todavía sin Jalen Williams, que en su vuelta mejorará el equipo (si es que eso es posible) y con el factor monetario de cara a las próximas temporadas, no hay límites para este equipo.

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