Jalen Brunson le cura la resaca a los Knicks

No sé sabe si existe la resaca de la NBA Cup, la muestra es todavía demasiado pequeña como para sacar conclusiones; pero a Lakers (2023) y Bucks (2024) les costó recuperar el ritmo en regular season después del triunfo en Las Vegas. Así que son los Knicks, el tercer campeón del nuevo torneo In-Season, los que van a poner a prueba ahora esa teoría. Que puede que, en parte, tenga que ver básicamente con un calendario que obliga a ciertas acrobacias para encajar los días perdidos en la fase final del otro torneo. Mike Brown lo dejó claro: “Parece que ganar la Copa te penaliza, si miras el calendario de partidos”. De hecho, los neoyorquinos tienen un back to back solo 48 horas después de la final con la primera parada en Indiana, territorio hoosier, donde esperaban unos Pacers que llevaban cuatro días sin jugar.

Era, también, el primer encuentro entre ambos desde la última final de la Conferencia Este, una revancha con una rivalidad obvia e histórica aguada esta vez por la distinta situación de los equipos, los Knicks en all in por el anillo y los Pacers en barbecho, año de recarga y transición obligada por la lesión de Tyrese Haliburton, el terrible crack de su tendón de Aquiles en el séptimo partido de las Finales. Otro mundo para los Pacers. El partido, para colmo, pilló a todos bajo mínimos. Los locales porque siempre lo están esta temporada: además de Haliburton faltaban Aaron Nesmith, Obi Toppin y Ben Sheppard. En los Knicks no estaban Karl-Anthony Towns, Mitchell Robinson, Josh Hard, Deuce McBride y Landry Shamet.

Durante buena parte del partido, pareció que hoy se volvería a hablar de la resaca de la Copa. Los Pacers empezaron mucho mejor (28-12) y tuvieron también puntos de break en el tercer cuarto (83-68) y ya en el último (109-102). Pero, otra vez y ya empieza a ser seña de identidad, los Knicks encontraron formas de levantarse, reaccionar y, finalmente, ganar. Un triple de Jalen Brunson, cómo no, a falta de cinco segundos dio la ventaja definitiva (113-114) porque después la pizarra de Rick Carlisle se fue al traste por un resbalón de Pascal Siakam. OG Anunoby aprovechó esa rendija para robar la bola y asegurar otra victoria de estos Knicks a los que no les gusta nada perder: ya 19-7, a un partido y medio de los Pistons, en ritmo claramente ascendente y con tres partidos de ventaja sobre el tercero de la Conferencia. Los Pacers están 6-21 y llevan tres derrotas seguidas desde que Carlisle ganó su partido 999. La victoria 1.000 se resiste. Será, cuando llegue, el undécimo técnico en llegar a ese hito, el primero desde Doc Rivers en 2021.

Brunson acabó con 25 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias; Anunoby (en un momento excepcional) con 16 y 6) y Mikal Bridges con 22+8+5. Los tres fueron de menos a más y dejaron claro que no hay días libres ni derrotas justificables. Un asunto cultural. No hay excusas ni con Mohamed Diawara y Ariel Hukporti en el quinteto titular. Otra vez, el banquillo fue muy importante con los puntos de Jordan Clarkson (18, 5/9 en triples) y la labor en todas las pequeñas (y no tan pequeñas) cosas del ascendente Tyler Kolek (16+6+11, +13 en sus 26 minutos en pista). Con la rotación interior bajo mínimos, Brown dio minutos a Trey Jamison y el ex de los Lakers respondió con un tremendo esfuerzo defensivo. Sus 18 minutos contrastan con los 11 que jugó, apenas, Guerschon Yabusele. A pesar de las bajas de Towns y Robinson. Atolondrado y sin confianza, el francés estuvo negado (-17 en esos 11 minutos): 3 puntos, 1/5 en tiros de campo y 2 pérdidas. Mike Breen, el ilustrísimo narrador, lo dejó claro durante el partido: “Está tan desesperado por hacerlo bien que se magnifica cada pérdida, cada tiro que falla, cada error en defensa”. Antes del partido, Mike Brown había reconocido que las bajas darían oportunidad al ala-pívot… pero lo había hecho con recado: “Va a tener su oportunidad, pero tendrá que jugar muy duro, como está jugando el equipo. Poner el cuerpo y pelear el rebote, defender, recuperar rápido en la transición defensiva… las cosas normales que espero de todos los jugadores”. Al final, otra oportunidad perdida para un jugador que acaba de reconocer en la prensa francesa que las cosas están muy lejos de irle bien en la Gran Manzana.

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