GOLDEN STATE WARRIORS

El partido que, según su técnico, mejor define a Stephen Curry

Una tanda de errores ante los Lakers fueron la previa de uno de los mejores partidos de la carrera de Stephen Curry. Steve Kerr lo pone de ejemplo.

al bello

Que Stephen Curry se haya alzado de manera unánime con el título oficioso de mejor triplista de la historia, batiendo el récord que mantenía a Ray Allen en una cima irreal por haber conectado 2.973 tiros a lo largo de sus partidos en la fase regular de la NBA, se hace un momento idóneo para repasar uno de los momentos que definen a este jugador. Así lo califica su entrenador durante estos últimos siete años, Steve Kerr. Un partido encadenado con otro que suponen, concretamente la recuperación de uno a otro, la esencia de este jugador generacional que es el que más ha metido con menos intentos desde la larga distancia en la liga principal de Estados Unidos.

Para ello hay que viajar a 2016. A lo que significó este hito. Nadie había rebasado la barrera de los trece triples anotados en un partido de la NBA hasta ese momento, con Curry superando la doble marca de 12 que compartían Kobe Bryant y Donyell Marshall. 13/17, sólo cuatro fallos. Posteriormente el que mejoraría su marca sería Klay Thompson, su inseparable escudero y otro de los mejores tiradores de la historia. Aquellos Warriors, con Durant recién fichado y picados después de caer ante el majestuoso LeBron James en las finales anteriores, se las gastaban con armamento pesado y más con un Curry que podía pasar de lo peor a lo mejor en un suspiro. En ello se sustenta el que Kerr vea esos tres días, coronados con la exhibición del 12+1 ante los Pelicans en el Oracle Arena, como un expresión sólida de lo que significa ser Wardell Stephen Curry.

La clave de esta historia está en el momento en el que Curry llegaba a ese encuentro. Una noche de absoluta debacle en Los Ángeles ante los Lakers, aquellos a los que Kobe dejó en lo más bajo de la Conferencia Oeste y con un ya veterano Marcelinho Huertas encargándose de parte de la defensa del MVP de la NBA en aquellos momentos. En el Staples había cerrado la noche, además de con derrota, con dos puntos negros: se acababa la racha de 157 partidos metiendo al menos un triple y lo hacía con una tarjeta desoladora, 0/10 desde fuera del arco. Impensable en alguien que se había colocado en lo más alto.

En palabras a Wes Goldberg (The Mercury News), el ex-jugador y ahora entrenador expresa lo que sintió en aquel momento y ahora, con el tiempo, aquella recuperación de un partido a otro para alcanzar ese récord de la NBA. “Llegaba de una noche dura en el Staples. Así que, que si conoces a Steph, puedes sentir por dónde puede explotar. Aquella noche fue como si lo esperáramos, sabiendo lo competitivo que es. Por eso no fue una sorpresa. Tuvo un gran inicio y luego siguió esa corriente”, apuntó. “Para mí ese partido define más a Steph como competidor que como tirador. Ese 0/10 con el que llegaba, los tres días que había tenido de descanso... Todo aquello tenía mucho sentido si sabes, como sé yo, el tipo de competidor tan feroz que es. Creo que los trece triples fueron un resultado directo del 0/10 anterior, fue su forma de responder”, añadió.

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