ANADOLU EFES

El Efes se desangra

Las cosas van de mal en peor en el Efes: tras despedirse de la Euroliga, Larkin y Clyburn plantaron a la entidad después de que el equipo perdiera un avión.

Tolga Adanali
Alberto Clemente es licenciado en Historia y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Empezó su andadura en el periodismo en Cadena SER, donde estuvo de mayo de 2018 a enero de 2019, desempeñando sus funciones en la web, dentro de la sección de deportes. Tras dicha estancia, pasó a formar parte de As, siendo parte de la sección de baloncesto.
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El Efes se desintegra. La eliminación en la Euroliga tras caer ante el Fenerbahçe ha sido un palo muy gordo para la moral de un equipo que aspiraba a conquistarla. Y también a una química ya herida que se convierte en irrecuperable. O esa es la sensación: el adiós a la máxima competición continental fue de la peor manera posible. Sin llegar ni siquiera a cuartos de final. Ergin Ataman se marchó cuando todavía quedaba más de medio minuto, fiel a su estilo y descontento con una revisión pedida por el entrenador rival, Dimitris Itoudis, con el partido ya sentenciado. Y con apenas un segundo para la conclusión Will Clyburn tuvo una auténtica refriega con el banquillo del Fenerbahçe que casi llega a las manos.

Los ánimos están caldeados en el equipo turco. Final Four en 2019, líderes en 2020 antes de que llegara la pandemia del coronavirus, y campeones en 2022 y 2023, un doblete que les deja al lado de Olympiacos y Maccabi como los únicos conjuntos del siglo XXI en repetir. El triplete era posible y se formó una plantilla para ello. Al fin y al cabo, era un objetivo más que ambicioso, algo que nadie conseguía desde el Split, en los finales de la llamada Copa de Europa, en sus tres últimas ediciones (1988-1991). Antes lo consiguió el Riga en los albores de la competición, en su creación. Un récord prehistórico que no ha vuelto a tener lugar desde la Euroliga tiene esa nomenclatura.

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El Efes lo intentó y fracasó: no lo consiguió. Tuvo problemas de lesiones, salidas de tono que afectaron a la química grupal, carencias defensivas enormes y, sostenidamente, una forma de ir a remolque demasiado grande. El curso pasado también remontaron al final y se hicieron con el título tras un playoff de cuartos ante el Milán fabuloso y una Final Four brillante. Hubo un momento esta temporada en el que parecía que iban a hacer lo mismo... nada más lejos de la realidad. Adiós a las opciones. Golpe mortal a un proyecto que se tambalea y cuyo futuro es incierto.

Las cosas no van bien, nada bien para los turcos. Y los problemas han continuado: el otro día cayeron ante el Pinar Karsiyaka (98-83) en la Liga Turca, en la que van en cuarta posición. Un puesto también alejado de sus aspiraciones iniciales. Y eso no es lo peor: según se ha contado en Basket News, el duelo se alaargó y el Efes perdió el equipo de vuelta a casa. La entidad ofreció entonces a los jugadores a la directiva un autobús, pero Shane Larkin y Will Clyburn se negaron. Cuerpo técnico y plantilla se fueron y dejaron allí a las dos estrellas, cuyo futuro es incierto. Pero, más allá de eso, la escena es verdaderamente mala y el plantón de dichos profesionales a su directiva es imperdonable e injustificable. Por muy mal que vengan dadas. Así son las cosas.

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