El drama de los Lakers

Hay que remontarse a los Suns de Steve Nash, los del Seven Seconds or Less, para ver un dominio tan claro tanto en regular season como en playoffs de un equipo (cualquiera) ante los Lakers. Y este drama es mayor todavía para los angelinos, que acumulan un 13-1 ante los Nuggets en los últimos 14 partidos con un guion preocupantemente similar. Es más, el único partido que ganaron fue el tercero de la serie de primera ronda de la última fase final, cuando perdieron por 4-1 en una eliminatoria resuelta por sólo 9 puntos totales de diferencia, y en la que se fueron al descanso en todos y cada uno de los cinco partidos. Esta vez fue igual: los angelinos mandaban por 63-53 a falta de un minuto para llegar al descanso, al que llegaron con 63-57. Cuando quedaban algo más de 4 minutos para el final del tercer periodo, el resultado ya era de 71-84, con la mayor debacle mental de la temporada. Al final del tercer cuarto, 78-94- Y en la conclusión del partido, 102-127, la derrota más dura del curso baloncestístico (de lejos), con las peores sensaciones y el hundimiento más vil y cruel que ha tenido un equipo que chochó contra sus propios errores como si se diera cabezazos contra un muro inamovible, llegó a perder de 29 puntos y, sencillamente, no se presentó en la segunda mitad.

La tortura que sufren los Lakers contra los Nuggets es horrible, tremenda y eterna. En el tercer cuarto (15-37 de parcial), los Lakers lanzaron con un 5 de 20 en tiros de campo y un 2 de 8 en triples, además de cometer 6 pérdidas. En toda la segunda mitad (39-70 de parcial), acumularon un 15 de 40, 5 de 18 desde el exterior, apenas 7 tiros libres intentados y 8 asistencias por 8 pérdidas. Todo, tras una primera parte en la que repartieron 19 pases a canasta, atacaron la zona cuando tenían que hacerlo y ocuparon bien las líneas de pase, molestando a Nikola Jokic para que no repartiera su dosis de juego habitual y dejándole en 2 asistencias y 3 pérdidas en los primeros 24 minutos. Un guion del que los Lakers se olvidaron totalmente para perder su segundo partido consecutivo tras la derrota ante los Magic, dejar cara vez más atrás su invicto en casa y ponerse 5-5 contra equipos por encima del 50%. Del 10-4 al 10-6, algo que no es para nada preocupante pero que pone a los angelinos los pies en el suelo tras seis victorias consecutivas. Un jarro de agua fría, un témpano de hielo tras rozar la luz del sol y la constatación de que el equipo ni es tan malo ahora ni era tan bueno antes.

Al final, los Nuggets hicieron lo que quisieron: Jokic finalizó con 34 puntos, 13 rebotes, 8 asistencias y 2 robos, estadísticas tremendas a pesar de perder 6 balones. Jamal Murray, que recibió un golpe en el ojo que le hizo ausentarse durante unos minutos en el tercer periodo (ni por esas los Lakers se metieron en el partido) consiguió 14, con 5 rechaces y 5 pases a canasta. Su suplente, Russell Westbrook, superó el 50% en tiros de campo por primera vez en los últimos seis partidos y cuajó una actuación sobresaliente, dejando atrás al jugador que tantos desmanes causó en los Lakers (su papel hoy es casi poético) y tomando unas extrañamente buenas decisiones que le hicieron tener una gran estadística: 14+7+11, sólo 3 pérdidas y 6 de 10 en el lanzamiento. Christian Braun consiguió 16 puntos sin fallo (7 de 7) y Michael Porter Jr. disputó su gran partido habitual ante su rival favorito: 24+11+4, con 10 de 15 en el lanzamiento y 4 de 7 desde el exterior tras acumular un 8 de 24 en los últimos cinco partidos. No hay mejor manera de recuperar el tino que contra un rival al que todo el mundo le tiene ganas. Los Nuggets acabaron con un 61% en tiros de campo y un 50% en triples. Su acierto fue también la inoperancia del rival. Es lo que hay.

En los Lakers, ya no es oro todo lo que reluce. Por un lado, es obvio que hay limitaciones en el equipo (profundidad en la rotación, la carencia de un sustituto para Davis, el triple o los problemas con D’Angelo, entre otras cosas), pero también que la segunda mitad ante los Nuggets es la peor cara mostrada por los angelinos en lo que llevamos de temporada. Ahora, eso sí, veremos donde está realmente este equipo, con las vacas flacas que hay por delante: de los próximos siete partidos, seis serán fuera de casa, y los dos en el contexto de la NBA Cup (donde siguen invictos desde su creación) de la semana que viene son ante Suns y Thunder en Arizona y Oklahoma respectivamente. Entre medias, visitan a unos Spurs en racha, que vienen de ganar a los Warriors. En esta pequeña gira, de viajes extenuantes y mucha carga física. Y un mal precedente ante los Nuggets. LeBron James acabó con 18 puntos (llevaba 13 al descanso), 6 rebotes y 7 asistencias, pero 6 pérdidas. Anthony Davis con 14 (6 de 19 en tiros y la primera vez que baja de la veintena esta temporada) y 10 rechaces. Ausin Reaves, con 19, es el único con algo de corazón. Y Russell, con 2 de 9 en el lanzamiento, mostró un nivel pésimo. Lo bueno, es que Rui Hachimura ha regresado a la rotación de cara a lo que viene (10 tantos hoy). JJ Redick, por su parte, entona el mea culpa y no se pone nervioso. Veremos como están las cosas en una semana. De momento, los Lakers han tenido un partido para olvidar. Es así.

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