NBA | NETS 125 - MAVERICKS 129

Doncic enamora en casa de los Nets

Sobresaliente para Luka Doncic en la pista de Brooklyn Nets. Triple-doble para él y victoria para los suyos, la segunda, gracias a una prórroga.

Excelente rendimiento de Luka Doncic en la visita de esta temporada a la pista de los Nets, en Nueva York, en la noche del jueves. Segundo triunfo para ellos después de que la estrella eslovena diera un auténtico recital en el Barclays Center. Triple-doble de los rimbombantes, de los que se pronuncian con cierta dificultad, de los buenos: 41 puntos, 11 rebotes y 14 asistencias. Y para nada estéril, fue la fuerza que provocó que el rival tuviera que centrarse en otros menesteres porque con él no podía nadie. Por loar un poco más esos números, algunas consideraciones más: es el primer jugador que, sumándole los 3 robos que también consiguió, llega a esas cifras en un solo partido de la NBA; es sólo el 10º jugador que tiene tres o más actuaciones de triple-doble con 40 puntos; es ya el máximo anotador de la Liga por promedio, 36′3, y roza la decena en rebotes y asistencias. Por darle forma a lo conseguido, siendo los números y todo lo que conllevan un mero acompañamiento a lo vivido en Brooklyn.

Hizo falta una prórroga, sin embargo, para doblegar a los locales. Se llegó al empate a 112 en el tiempo reglamentario y sólo el control de Doncic en un tiempo extra que, además, se extendió de más valió para que el marcador final fuera 125-129. Iba a ser difícil, de todas maneras, quitarle la golosina a un conjunto que estuvo por encima del 50% en los tiros de dos y de tres.

Salió cruz de nuevo para los Nets, que sólo han ganado un partido de los cinco que han disputado y ven a los demás equipos desde el pozo de la Conferencia Este. Es un excesivo castigo en esta ocasión para Kyrie Irving, que metió 39, y Kevin Durant, que metió 37. Sin querer llenar esta crónica con muchos más datos, va uno más para explicar en qué punto se encuentran estos dos: es la segunda pareja de compañeros, la otra la formaron Kiki Vandeweghe y Alex English en los Nuggets de 1983, en la que cada uno supera los 100 puntos durante tres partidos seguidos y todos ellos son derrotas. Se les ha podido achacar algo en otros partidos, no en el de los Mavericks. Ellos estuvieron de nueve y Doncic, de diez, quizá esa fue la única diferencia. El tercero en discordia para Nash, Simmons, dejó una noche más críticas para que las redes sociales se regodeen y una alarmante falta de toque de cara al aro que en algún momento u otro va a significar una respuesta por parte de los Nets.

No empezó mal Simmons. Un gancho con la derecha para abrir la cita y dos jugadas a la carrera eligiendo la mejor opción. Levantó a la grada. Duró poco su alegría porque en la parte final del cuarto lanzó una bandeja que no tocó ni el aro, que mira que es complicado, y a partir de ello rebajó su nivel de arrojo. En los compases iniciales Doncic probó a hundir a sus defensores, fuera Irving o Mills, en los dos postes para dominar desde ahí, aunque la primera manga la cerró con un triple sobre a marca de Yuta Watanabe que le daba el +7 a los suyos. Con la llegada del segundo, al revés: dos tiros desde fuera del nipón, uno de Irving y una canasta a tabla de Durant cerraron la brecha para los Nets.

En ese primer descanso largo de Doncic los locales llegaron al +8 y con el público queriendo más. El regreso del esloveno puso las cosas en su sitio. Fue una jugada en la que Doncic se la pasó a Bullock para que tirara de tres la que les dejó en ventaja al descanso, una acción que se repetiría en otra fase más importante del encuentro con menos fortuna.

La segunda mitad empezó con buena pinta para Brooklyn, con Irving bailando con los contrincantes y un juego dinámico que permitía ataques de calidad a pocos segundos. Doncic, sin embargo, llevaba su ritmo. Jugando con contacto y pasando a ser defendido por Simmons, sin efecto alguno. Bueno, sí, en el empate a ochenta hubo un punto de inflexión: una asistencia con las dos manos por detrás de la cabeza que Kleber no desaprovechó. Ahí pegó un subidón Dallas, normal con semejante brillantez. Nueve de ventaja llegaron a tener los de Kidd, una que se cargaron los Nets en pocos minutos. El partido estuvo en el alambre en los minutos finales. El único fallo flagrante de Luka llegó en la penúltima jugada del tiempo reglamentario, cuando perdió el balón ante la presión de Irving y Simmons y dejó que un mate de Durant en la continuación dejara el marcador empatado. En la última llegó el pase de lado a lado de Doncic para el triple de Bullock, que esta vez no se metió.

En la prórroga tocó la del maestro. Doncic metió la primera, un tiro desde media distancia, e hizo que Brooklyn se fijara solo en él. Las tres siguientes fueron triples de sus compañeros habiéndoles dejado él liberados: por orden, Hardaway, Kleber y Bullock. Pese a los intentos de recorte de Kevin Durant, que no surtieron efecto, la noche se cerró en el Barclays con una imagen bastante fea, la de una botella llena de agua cayendo a escasos centímetros de Doncic y el alargue para secar la pista con el partido ya decidido amén de que a ninguno de los jugadores les impactó el objeto en su cuerpo. Un final que desmerece, el partido fue muy bueno.

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