NBA | PELICANS 127 - SIXERS 116

Contra Embiid, triples y Zion

Récord de triples (11) de McCollum y 36 puntos de Zion para someter a un Embiid poco acompañado. Los Pelicans no ceden en el Oeste.

Stephen LewUSA TODAY Sports

Ganaron los Nuggets, con apuros a los Heat. Y ganaron los Pelicans, con muy buenas sensaciones (127-116) a los Sixers. Ambos acaban el año al frente del Oeste, de un extraño Oeste, con un balance idéntico: 27-12. Son cinco victorias seguidas para los de Luisiana, que hace un año estaban 13-22 en el mismo punto. Entre otras cosas no tenían a Zion Williamson, claro, una fuerza de la naturaleza que aplanó la resistencia interior de los Sixers (36 puntos, 13/19 en tiros) mientras CJ McCollum ponía el apoyo aéreo: 11/16 en triples, 42 puntos, 5 asistencias. Una noche excepcional del finísimo guard, que ya llevaba siete triples en el descanso, cuando su equipo (10/17) veía el aro como una piscina y devolvía así todos los golpes de un rival empeñado en dispararse en el pie a base de pérdidas (13 para 25 puntos de los Pelicans al descanso).

Sobre todo cuando pasó por el banquillo Joel Embiid y en las zonas de los Sixers formaban jugadores como Niang y Harrell, Zion arrasó como un terremoto, con una presencia física que su rival no podía igualar. Embiid, mientras, compensó muchos males colectivos (algo muy evidente en el primer cuarto) y acabó con 37 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias. Pero James Harden estuvo flojo (20 puntos y 10 asistencias pero 7 pérdidas y solo ocho tiros a canasta. Y Tyrese Maxey volvió pero con claros síntomas de óxido. Para ganar en Nueva Orleans, y más en un gran día desde la línea de tres de los locales, hace falta más de lo que pusieron sobre el tapete estos Sixers que quedan en 20-14, quintos del Este y últimos de la zona noble, todavía (en ese top 5 que se está formando) por detrás de los Cavaliers y en un intento de no perder de vista a Celtics, Bucks y Nets.

McCollum enlazó tres triples en tres ataques seguidos y solo 42 segundos: 56-40 con la grada del revés. Después Zion fue determinante en el último cuarto, cuando un 99-91 se convirtió en un mucho más cómodo 119-105. Los Pelicans siguen sin Brandon Ingram, cuyo regreso no parece próximo, pero son un equipo profundo y con variantes para casi cualquier tipo de partido. En este, contra un rival que orbita en torno a un pívot tan dominante como Joel Embiid, supieron jugar por fuera, correr… y esperar el momento de Zion, el tramo en el que Doc Rivers tuvo que mover su banquillo.

Willy Hernangómez tuvo, además, minutos ultra productivos: jugó más de 17 y produjo 13 puntos y 4 rebotes. Un partido de buenas sensaciones para él dentro de este primer tramo de temporada, brillante en lo colectivo pero en el que esperaba más en lo individual tras su MVP del Eurobasket.

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