Aldama le gana la partida a Ricky

Los Grizzlies van como un tiro. 11 victorias seguidas para la franquicia de Memphis, en su mejor momento histórico desde la reciente época del Grit and Grind o, estirando al máximo la verdad, en su mejor momento de la historia. La capacidad de resiliencia de un grupo joven y prometedor ha pasado de convertir a la plantilla en presente antes que en futuro, asegurando los años venideros mientras optan a todo en el momento actual. Dos cosas que hacer coincidir en el tiempo es muy complicado pero que ellos han sabido gestionar a la perfección, sin dejar que se convirtiera en un accidente la gran temporada pasada y esas semifinales de Conferencia Oeste fantásticas a las que llegaron para perder contra los Warriors. Siguen en la pelea, son una entidad a la que tener en cuenta en los próximos años y, dentro de la locura de la Conferencia Oeste, son firmes candidatos para llegar a unas Finales muy baratas en ese lado del cuadro.

La victoria ante los Cavaliers salió cara, pero salió. Sin Donovan Mitchell, el equipo de Ohio estuvo realmente cerca de hacer caer la estupenda racha de los Grizzlies, la mejor en activo de toda la NBA. Sin embargo, cedieron en un final de locura: una buena bombita de Evan Mobley les ponía 3 arriba (111-114) con 1:14 para el final, pero ya no volvieron a anotar. Primero fueron dos tiros libres para Ja Morant en una falta muy protestada por los de Ohio, y luego dos defensas tremendas de los Grizzlies con una canasta de Steve Adams entre medias para inclinar la balanza. Los dos aciertos defensivos fueron sobre Darius Garland, uno con tapón de Jaren Jackson y posterior violación de 5 segundos en el pase; y otro en la jugada final, con Dillon Brooks taponando, de nuevo, el intento de triple del genial base, que cuajó una buena actuación pero no pudo resolver las cosas al final.

Garland se fue, de hecho, a 24 puntos, con 7 rebotes y 14 asistencias (con sólo 2 pérdidas). Sin Mitchell (con molestias en la ingle tras el partido del lunes ante los Pelicans), tuvo que tomar toda la responsabilidad en el ataque y repartir juego, algo que hizo a la perfección asegurando además mucho el balón. Todo el quinteto de los Cavs superó la decena de puntos, con 17 de Isaak Okoro, un enorme Evan Mobley (18+15, aunque 6 pérdidas), 14+8 de Jarret Allen y 23+4+6 de Caris LeVert. Sin embargo, J. B. Bickerstaff movió poco el banquillo y no introdujo a ningún suplente en pista durante más de los 16:49 que disputó Lamar Stevens (5+4), una rotación muy pobre que dejó al equipo corto sin Mitchell y apenas tuvo revulsivos en medio de la temporada regular y en un momento tan alejado de los playoffs, cuando es más común dejar muchos minutos en pista a tus titulares a no ser que seas Tom Thibodeau y lo hagas todos los días. Kevin Love apenas estuvo 9 en pista para 6 puntos; Ricky Rubio sigue con su particular mejora y se fue a 12, con 7 tantos (2 de 7 en tiros), 3 rebotes y 4 asistencias.

En los Grizzlies, como viene siendo habitual, todos aportaron: 24 puntos y 8 asistencias de Ja Morant, 25+4+4 de Desmond Bane, 13+10+4 y la canasta ganadora (en forma de palmeo, tras recoger un caprichoso lanzamiento de Morant) para Adams, 15+7 (con 4 tapones) de Jaren Jackson y apenas 8 puntos de Dillon Brooks, que compensó su errático día en el tiro (4 de 12, con 0 de 5 en triples) con su espectacular última defensa a Garland. Y Santi Aldama, claro, que sigue aportando como uno más y tiene su sitio absolutamente asegurado en una rotación en la que casi siempre suma: ante los Cavs, 16 puntos en 19:31 en pista, con 6 de 8 en tiros de campo y 4 de 6 en triples. Todo un seguro que cumple en defensa y es certero en ataque y da más amplitud al juego y crea más espacios en la zona cuando entra a pista. Aldama suma y sigue. Los Grizzlies pisan los talones a los Nuggets. Y los Cavs son su última víctima. Así están las cosas.