Dillon Brooks se desmelena: “Si no piensas así, no te gusta el baloncesto”

“Soy el mejor defensor del torneo, del mundo y de la NBA”. Son palabras de Dillon Brooks, un hombre que no pasa precisamente desapercibido. Siempre en el ojo del huracán por sus declaraciones y su dureza en pista, el Mundial está reivindicando a un jugador que acabó muy mal su temporada en la mejor Liga del mundo, saliendo además de los Grizzlies por la puerta de atrás. Antes de la cita mundialista ya firmó con los Rockets un contrato enorme de 86 millones de dólares en cuatro temporada, una media de más de 21 millones al año. Un precio excesivo para muchos, pero que Brooks está haciendo bueno en un campeonato en el que ha sido un pilar fundamental para Canadá.

Igual que Brooks opinó durante el torneo su entrenador, Jordi Fernández, que le alabó tras la victoria de su equipo ante Eslovenia, en cuartos de final del Mundial: “Fue un clinic defensivo liderando con su pecho, enseñando sus manos, presionando a toda pista… y si no piensas así, entonces no te gusta el baloncesto”. Brooks defendió a Luka Doncic, que acabó con 26 puntos pero un 8 de 20 en tiros de campo, desquiciado y expulsado, igual que su rival, al que poco le importó y que esperó con unos guantes de boxeo a sus compañeros en el túnel de vestuarios para celebrar la victoria. Otra de sus muchas excentricidades. En ese encuentro, por cierto, finalizó con 14 tantos y un 3 de 5 en triples, además de bailar casi todo el encuentro con Doncic. Y no fueron las únicas palabras que Fernández dijo de Brooks. Tras la consecución del tercer puesto, con exhibición de su jugador, le volvió a alabar: “Estoy muy orgulloso de Dillon. Así es como se ve cuando dejan jugar a Dillon Brooks. Y no se trata simplemente del ala defensiva. Con Lu Dort forma el mejor perímetro del Mundial. Pero también es extremadamente eficiente ofensivamente”.

La misma estrella eslovena alabó a su rival y dijo que respetaba su forma de jugar. Algo que se ha vuelto un debate constante en torno a una figura polémica, que no deja a nadie indiferente y que es un perfil muy típico en la NBA, basado en la autoreivindicación. Brooks ha promediado en torno a 15 puntos y lanzando por encima del 55% en triples, algo impropio de él. Tomando, además, las decisiones correctas en los momentos oportunos y demostrando una capacidad defensiva enorme que contrasta mucho con el final de su temporada NBA, cuando los Lakers acabaron con los Grizzlies en primera ronda (4-2) y Brooks fue vilipendiado tras unas declaraciones previas a la eliminatoria en las que menospreciaba a LeBron James.

En dicha serie, Brooks apenas superó el 23% en triples, un 10 de 42 paupérrimos, sin superar en ningún encuentro los dos aciertos. No aguantó mentalmente los duelos individuales que tuvo que soportar, sufrió el bochorno de que los Lakers le flotaran constantemente para que lanzara desde fuera y no gestionó bien el revuelo que armaron sus declaraciones. Al final, LeBron se marchó sin saludar a ningún jugador de los Grizzlies y antes de que concluyera el encuentro. Tampoco a Brooks, claro: entre ambos hay un currículum diferencial, con una estrella luchando por el trono del Olimpo de la NBA y un jugador que, aparentemente, siempre se ha pensado más de lo que es.

Eso ha quedado atrás. Brooks se ha posicionado como un elemento esencial para el esquema de la que muchos han definido como la mejor Canadá de la historia. Un país que nunca había llegado tan lejos en un Mundial y que lo ha hecho extraordinariamente bien a pesar de no contar con Jamal Murray ni Andrew Wiggins. Liderados por Shai Gilgeous-Alexander, no pudieron con la Serbia de Svetislav Pesic en semifinales, pero la victoria ante Estados Unidos les da la primera medalla de siempre en un Mundial. Y vino acompañada de una exhibición tremenda de Brooks: 39 puntos con 7 de 8 en triples y 42 de valoración. En los últimos 4 partidos del Mundial, todos decisivos, ha promediado 22,8 tantosen casi 31 minutos de juego, por encima del 60% en tiros de campo... y del 66% en triples. Para acabar, MVP del partido por el bronce y Mejor Defensor del torneo. Así es Dillon Brooks, una personalidad ambivalente, pero un jugador que en un determinado rol puede funcionar muy bien. Y que, centrado, es muy útil. Por mucho que se empeñe en ser más protagonista fuera de la pista que dentro de ella.