SELECCIÓN ESPAÑOLA (M)

Como en los viejos tiempos

España presume de juego interior (los Hernangómez, Aldama y Garuba) como ya lo hizo en los tiempos de los hermanos Gasol, Felipe Reyes, Jorge Garbajosa...

Alberto Nevado

Ha llovido mucho desde que Pau Gasol se convirtió en el MVP del Mundial de Saitama en 2006, pero España, en la cita de Japón, Indonesia y Filipina que arranca el próximo 25 de agosto, va a volver a estar capitaneada por un jugador interior. La baja de Ricky Rubio, que el pasado sábado anunció que iba a parar por el momento para cuidar su salud mental, ha aumentado, incluso más, la importancia que tienen en este equipo los pívots españoles, posición en la que la Selección presume de contar con más quilates. Willy Hernangómez fue el MVP del pasado Eurobasket (17,2 puntos y 6,9 rebotes para 19,7 de valoración en la cita continental) y todo apunta a que será también el gran líder este verano junto a uno de los debutantes que más ha ilusionado en los últimos tiempos. El estreno de Santi Aldama con España frente a Venezuela el pasado viernes (16 puntos, con 3/4 en triples, en sólo 16:43 en pista) fue bastante prometedor. El ala-pívot grancanario renunció al Eurobasket en 2022 para preparar mejor su segundo año en la NBA, una apuesta que le salió muy bien: pasó de jugar 32 partidos con Memphis ­Grizzlies en la temporada 2021-22 a 77 la pasada, doblando también su aportación: 9 puntos y 4,8 rebotes en algo más de 21 minutos en pista.

Aldama y Willy formarán la pareja interior de gala en una platilla que este verano ofrece más centímetros y más talento. Físicamente Usman Garuba está más fino este año que el pasado y, recordemos, en el Europeo del oro de Berlín se convirtió en uno de los claros referentes defensivos del equipo, un rol con el que continuará en la próxima cita asiática. Pero Scariolo, que algo se inventará para minimizar el gran hándicap con el que va a contar la Selección en Yakarta (sin Ricky ni Lorenzo Brown a los mandos), tiene más alternativas. Está también el comodín de Juancho Hernangómez, el héroe en la final europea ante Francia y el mejor en el estreno de la gira frente a Venezuela (27 puntos con 10/10 en tiros de campo), que puede alternar las posiciones de tres y cuatro. Juancho, que despejó el viernes en Madrid las dudas sobre su estado (no jugaba un partido oficial desde el 28 de febrero), cerró el pasado Eurobasket con 12,8 puntos de media. De los jugadores que pueden estar en este Mundial, su hermano y él fueron los únicos que superaron la decena de tantos. A excepción de Lorenzo Brown, que acabó con 15,2 tantos, pero no estará en la cita de Filipinas, Darío Brizuela (7,9) y Rudy Fernández (7,6) llevaron el peso ofensivo en el juego exterior.

En este próximo Mundial, por lo tanto, volveremos a tiempos pasados, aquellos en los que la Selección presumía de tener una de las mejores parejas interiores del momento, la formada por los hermanos Gasol, con varios escuderos de lujo como Felipe Reyes, Jorge Garbajosa y, más adelante, las apariciones puntuales de los nacionalizados Serge Ibaka o Nikola Mirotic.

En 2006, la Selección española se colgó su primer oro mundial con Pau Gasol como MVP pero, desde la cita de Saitama, los mejores de cada torneo intercontinental no han tenido que pelearse mucho en la pintura. En 2010, Kevin Durant acabó como el más destacado del campeonato celebrado en Turquía; cuatro años después, en Madrid, lo hizo Kyrie Irving, y en 2019 el líder del Mundial de China no fue otro que Ricky Rubio. Jugadores exteriores que relevaron a un segundo plano a los interiores, que se han plantado para decir “basta”. En la Selección, por ejemplo, los pívots han vuelto a tomar el mando.

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