Unos superlativos Granger y Alonso salvan al Estudiantes

El Movistar Estudiantes se ha abonado en este tramo de temporada a jugar con fuego. Lo hizo en Pumarín, en la victoria en el último segundo frente al Alimerka Oviedo, y lo hizo este domingo en el WiZink Center, contra un Air Cargo Booking Ourense (88-81) que mandó en el duelo, con una buena lectura sobre los madrileños y una genial visión para explotar las debilidades defensivas de su rival, hasta que restaban menos de 2:30.

Pero ahí apareció la calidad (que no la estabilidad) de Jayson Granger y de Francis Alonso. El uruguayo cerró 28 puntos y 6 asistencias para 28 de valoración. La mitad llegaron en el último periodo. Él fue quien empató a 72 desde el triple y él fue quien pudo dejar el encuentro resuelto antes de una prórroga en la que mandó la manita de Francis Alonso: 17 tantos, 7 en los cinco minutos del tiempo extra. De nuevo Garino bien en defensa con dos robos claves. Y clave la presión de Christian Díaz para remontar. Buenos minutos, de nuevo, de Alderete, y de Sola.

Moody (14), Mendicote (15) y Gill (16 y 13 rebotes) fueron un dolor de cabeza para los madrileños, que un día más mostraron cierta desconexión defensiva durante dos cuartos enteros y pocas ideas en ataque cuando la opción A colapsaba. La B y la C eran movimientos espasmódicos de calidad. Y como hay mucha, pues victoria.

De las dudas de Oviedo a las certezas frente al Ourense. El Estu jugó al límite en Asturias y decidió continuar sobre el alambre en la primera parte frente a los gallegos, un equipo serio y que sabe a lo que juega… una definición que abandonó a los madrileños hasta el descanso: su defensa era reventada y el cambio automático ayudaba a los gallegos a tener segundas opciones y a que el gigante Gill y sus 218 centímetros vivieses cómodos en la zona.

En ataque, patada y seguir de la semana pasada. Sobre todo, con el marcador en contra. Granger botaba antes de algún bloqueo para seguir con el bote. Se empezaba y se cerraba en la zona cero. Y, además, sin acierto desde el exterior (3 de 10 al descanso), el Ourense se sentía cómodo. Lo único positivo, la intensidad de Alderete y Sola. Los gallegos pusieron el +11 (24-35) tras el parcial de 2-13 del inicio del segundo cuarto. En cinco minutos, dos canastas en juego para los locales.

Un arreón de Alonso, cinco puntos seguidos, tapaba la herida (31-37). Pero los gallegos, con Gil, con Moody, que explotaba el poste bajo, y López, desde la media distancia, se marcharon al descanso con una buena ventaja: 37-45. Tímidos pitos en un WiZink Center desesperado que siguió así durante 10 minutos más porque el tercer periodo no vario en nada: parcial de 14-14 con los visitantes manteniendo la entereza y los locales flojos, con Granger sometido a la corpulencia de Monteiro. Cortocircuito en ataque.

Lo mejor para lo estudiantiles era que la diferencia se mantenía en ese manejable +8 y lo aprovechó. Recortó la desventaja poco a poco y con, por fin, un Granger liberado. El base hizo 14 de sus 28 puntos en el periodo final, 10 para igualar el marcador a 72 con a 2:25 del final. La intesidad defensiva subió muchos grados. Rubio colocó la ventaja y Gill la empató. El uruguayo falló el tripe de la victoria y Rodríguez el del triunfo ourensano y el duelo se marchó al tiempo extra, que decidieron dos buenos robos de Garino, un estratosférico Francis Alonso con 7 tantos casi seguidos y la aparición de Andric desde el perímetro. Otra victoria para el colíder de la Primera FEB y ya van 9 en 10 jornadas.

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