Tócala otra vez, Sergio

La tarde del 4 de septiembre será larga en el Spyros Kyprianu de Limasol. España se mide a Grecia a las 20:30 horas (Teledeporte), pero la Selección empezará a jugar mucho antes el partido. A las 14:00 horas, Bosnia se mide a Georgia. Si los balcánicos derrotan a los caucásicos, España estará obligada a ganar a Grecia para estar en los octavos de final de Riga. Si no, consumará un batacazo que no se recuerda hace décadas en el baloncesto español, porque se iría del torneo habiendo ganado únicamente a Bosnia y a Chipre, que es una comparsa.

No sería, además, un adiós cualquiera. A estas horas, y hasta que se confirme el resultado del Bosnia-Georgia, existe la posibilidad real de que 221 veces con la Selección, sea el último partido de Sergio Scariolo en el banquillo del equipo nacional. El adiós, de producirse la eliminación, sería traumático. Pero el deporte de élite es así de crudo. El adiós de Rudy el año pasado también estuvo acompañado de un lamento olímpico. Nada empañará la trayectoria del italiano, pero nadie quiere que acabe así. Ni tan pronto. Por eso el de Brescia se puso ayer manos a la obra para repetir un plan de partido tan convincente como el que firmó ante Italia; y en el que volvieron a fallar los pequeños detalles. No es casualidad que España haya dicho adiós a los últimos torneos en finales ajustados. Contra Canadá en Yakarta; de nuevo ante los norteamericanos en Lille. La derrota contra Italia, con malas decisiones en los últimos segundos, tiene que ver con un bajón de talento en los últimos años. También de cabeza fría y carácter. Algo de gen ganador se ha ido perdiendo por el camino. Conviene recuperarlo lo antes posible.

“Nuestra nueva normalidad es competir”, dijo hace un año Scariolo. Y eso habrá que procurar contra Grecia y el ogro Antetokounmpo. Anteto ha sido mirado con lupa por los Milwaukee Bucks, que han tenido en Limasol a su director de operaciones y a Doc Rivers, y que todavía conservan en Chipre a uno de sus ayudantes, Darvin Ham. Spanoulis se apresuró a señalar que jugaría después de la inesperada derrota contra Bosnia, que ha dejado en una situación de apuro a los griegos, aunque no tanto como España. El plan de Scariolo funcionó el año pasado en Lille. Antetokounmpo metió 27 puntos y provocó hasta nueve faltas personales, pero Grecia, que tenía un equipo muy similar al de este año, no pudo acompañar a su estrella. Apenas Toliopoulos, que metió 14 puntos. A España le faltan seis jugadores de aquel último enfrentamiento (Lorenzo Brown, Alberto Díaz, Abrines, Llull, Rudy y Garuba). Pero no es el tiempo de lamentos. En un camino contrario a la Selección, los líderes del equipo tienen que seguir la estela que marcaron contra Italia los dos niños, De Larrea y Saint-Supèry. Ninguno se vio superado por el escenario, como sí ha pasado en otros episodios del campeonato con los jugadores señalados para marcar la diferencia. La tarde será larga en Limasol, pero nadie quiere que esto se acabe tan pronto. Tócala otra vez, Sergio.

¡Tus opiniones importan!

Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.